Es innegable que la gira en la que BATTLE BEAST telonearon a POWERWOLF les ha abierto muchas puertas en cuanto a público se refiere. Si a eso le sumamos a la presencia del grupo finés en festivales como el ROCKFEST BARCELONA del pasado 2016, donde una buena suma de gente se quedó impresionada con su show —me incluyo— y más aún con la voz que gasta su cantante Noora Louhimo. Es por eso que esta gira en la que pueblan los carteles como cabezas de cartel, se esperaba con mucha expectación por parte de algunos sectores del público. Si a eso le sumamos que vienen acompañados por un grupo como MAJESTY que presentaban su disco “Rebels”, el cartel quedaba compuesto con bandas jóvenes —incluyendo a GYZE—pero con ganas de demostrar talento sobre las tablas.

En una Sala Penélope que todavía no presentaba una gran afluencia de gente, saltaban al escenario los nipones GYZE, con su particular apuesta de Death Metal Melódico. Así pues, conformados por Aruta al bajo, Shuji a la batería y Ryoji a la guitarra y a las voces, GYZE empezaban metiendo al personal en calor con “Black Pride”.

La actitud no les faltó durante toda su actuación y aunque a algunos les escamó el tener guitarras pregrabadas en algunas estrofas de las canciones —se hizo palpable cuando el cable de la guitarra de Ryoji se desconectó por tirar de él— lo cierto es que sonaron correctamente. La interacción con el público tampoco fue olvidada por parte de los japoneses, que en “Final Revenge” pidieron un circle pit que si bien fue seguido por poca gente, ayudó a caldear el ambiente. No fue un concierto redondo en todos los aspectos puesto que por momento se hacían monótonos los temas, pero fue un buen tentempié para lo que iba a seguir a la corta actuación de seis canciones por parte de  GYZE.

A los nipones los siguieron MAJESTY. Los alemanes venían con un gran disco como “Rebels” bajo el brazo y un gran sector del público tenía ganas de ver qué ofrecía el grupo de Tarek Maghary en su primera visita a España. Arrancaron con “Die Like Kings”, canción que abre su último trabajo y que ya desde un primer momento dejó al respetable bastante satisfecho a pesar de los problemas técnicos que la guitarra de Emanuel Knorr ocasionó en el show. Con “Hail to Majesty” la banda siguió animando al respetable, pero no terminaba de entrar en vereda, en parte, la culpabilidad recae sobre los problemas que seguían teniendo en la guitarra que comentaba anteriormente y que esta vez sí fueron solventados. A partir de aquí, el show tomó un giro estrambótico y empezó a sonar como debió hacerlo desde un principio: potente, con un sonido verdaderamente sorprendente y cabalgando en un true heavy metal digno de sus compatriotas MANOWAR. “Yolo Hm” fue muy bien recibida por el respetable y por aquellos que no conocían a la banda, coreando al unísono aquello de “Yolo Heavy Metal” y alucinando con la espectacular puesta en escena de una banda que promete muchas alegrías con su propuesta de Heavy Metal.

Durante los nueve temas que duró su show pudimos disfrutar de un alarde técnico excepcional por parte de toda la banda, haciendo mención especial a Emanuel Knorr que dejó boquiabierto al público en más de una ocasión. Si a ese sonido tan bien llevado a partir de la segunda canción le añadimos una conexión con el público constante —los coros en temas como “Thunder Rider” fueron ejecutados por toda la Sala Penélope—, los alemanes dejaron claro que tenían que ofrecer mucho metal y, sin riesgo a jugarmela con mis afirmaciones, diría que se han llevado más de un fan tras su concierto del pasado sábado.

Pero llegaba el plato fuerte de la noche, el motivo por el que muchas personas se reunieron y en el que la Sala Penélope presentaba un buen número de asistentes: llegaba el turno de disfrutar en directo de BATTLE BEAST. Aun diciendo que personalmente su último trabajo “Bringer of Pain” no me ha convencido y me ha dejado decepcionado, tenía muchas ganas de ver a los fineses porque sobre las tablas son una apuesta segura, un auténtico cañonazo digno de disfrutar. Y ahí estaban, apenas diez minutos después, empezando con una intro que daría paso a la emoción que el público explosionó cuando empezó a sonar “Straight to the Heart”.

Si hay algo que jamás decepciona de la apuesta que ofrecen BATTLE BEAST en directo son sus ganas, la fuerza que inyectan en sus canciones y el alucinante estado vocal de Noora. Desde los primeros minutos se notó a la banda cómoda sobre el escenario y aportando un volumen más metalero a las canciones del nuevo disco, alejadas de la lentitud que ofrecen algunos temas recogidos en su nuevo álbum. Todas las canciones sonarán estupendamente bien y los tres primeros pistoletazos de salida son buena prueba de lo que comentaba anteriormente: “Straight to the Heart” “Bringer of Pain” y “Familiar Hell” fueron un inicio que ya provocaron los primeros saltos y gritos de júbilo por parte de la afición madrileña.  Este triplete de nuevo material fue interrumpido por “Into the Heart of Danger” de su segundo disco homónimo con el público cantando a viva voz el popular estribillo. Algo que ocurrió también con canciones como “Let It Roar” o la archiconocida “Black Ninja” que nunca nos cansamos de escuchar y donde Noora despliega mucho más su técnica, haciendo valer su galardón de ser una de las mejores voces femeninas dentro de la escena.

Más allá de la música y de los temas disfrutados por un público entregado a la banda desde el segundo uno, el espectáculo de BATTLE BEAST no se redujo sólo a eso. Hubo momentos en los que la risa se apoderó de la Sala Penélope. Especialmente memorable fue el momento en el que Eero Sipilä tomó el micrófono, nos invitó a hacer el popular gesto de MANOWAR de las manos entrelazadas y cuando todo el mundo pensaba que tocarían una cover del grupo alemán, empezó a cantar “Last Christmas” de Wham!, el grupo del fallecido George Michael. Otro de los momentos que quedaron plasmados como uno de los mejores de la noche, fue cuando Eero hizo beberse de un trago una cerveza al teclista Janne Björkroth al ritmo de la colosal Imperial March de Star Wars.

Sí es cierto que, una vez acabado el concierto, la gente echó en falta más temas de otros discos que no fuera “Bringer of Pain”. Si bien es una presentación, a algunos nos pareció exagerada la propuesta de sumar nueve temas del último disco mientras se hicieron siete temas de sus anteriores trabajos. Es cierto que no faltó el buenhacer por parte de la banda y que las canciones del nuevo disco suenan indudablemente mejor en directo que en el propio álbum, pero no están impregnadas de esa potencia que hay en discos como “Battle Beast” o “Steel”, disco del que solo se rescataron dos canciones: la indispensable “Enter the Metal World” y la siempre bien recibida “Iron Hand”.

Nos topamos con una noche de sábado en la que pudimos disfrutar de un buen show aunque con algunos “peros” que podían haber sido subsanados. A modo personal MAJESTY se ganaron un seguidor tras haberles visto en directo —la lección que me faltaba por aprender para saber de su calidad— y BATTLE BEAST confirmaron que en directo son una apuesta segura, de esas que no decepcionan nunca a pesar de que en este último concierto su setlist fuera un poco más flojo que en anteriores visitas que nos han hecho.

Crónica de Juanma García de RafaBasa.com