Cuando una banda cuenta con un vocalista que ha conseguido encandilar a medio mundo, tener que continuar sin él se vuelve harto complicado. Por suerte, y tras pasar por tan duro lance, KAMELOT supieron suplir la marcha de Roy Khan con un fichaje de altura como fue el de Tommy Karevik  y un disco, “Silverthorn”, que demostró que la maquinaria seguía adelante, intacta y con nuevas ideas.

Crítica de J. José Jiménez de RafaBasa.com

Si la prueba del primer disco “post-Khan” fue superada, no menos dura sería la del siguiente. La expectación es mayor, si cabe, teniendo en cuenta que para éste Karevik había tenido tiempo de terminar de acoplarse y por supuesto, aportar su personalidad y estilo ya de forma plena; si en “Silverthorn” demostró que los nuevos zapatos le venían a la medida, en “Haven” (nuevo trabajo de la formación) deja claro que él no viene a ser sustituto o, ni mucho menos, clon de nadie, por loable que fuera el trabajo de su predecesor.

Nos encontramos ante uno de esos álbumes que, entrando ya desde su primera escucha, cual delicado perfume va destilando un reguero de nuevos matices según va sucediéndose el paso del tiempo, siendo el proceso harto disfrutable. O dicho de otra manera: ¡es una obra maestra!

Todos los elementos –esa delicada oscuridad, las melodías y elegancia- propios de la banda no sólo continúan intactos, sino elevados a una potencia superior, gracias al tándem formado por el guitarrista Thomas Youngblood, el teclista Oliver Palotai y el productor Sascha Paeth, a los que ahora se une Karevik componiendo letras y dotándolas de vida gracias a su voz, con la que juega a placer. Todo dentro del marco proporcionado por la nueva historia conceptual que engloba a “Haven”, en este caso dentro de un distópico y apocalíptico futuro.

Ya desde el comienzo sorprenden, pues ¿qué se espera uno nada más pinchar un disco de KAMELOT? Pues una introducción instrumental o bien la oscura energía de un tema como “March of Mephisto”. Sin embargo, la primera canción, “Falling Star”, nada tiene que ver con eso. Un arpegio de piano sobre el que la delicada voz de Kaverik  construye una preciosa línea seguido de todo un homenaje al maestro Vangelis, pues lo que viene después es la melodía principal en la música de la secuencia de créditos finales de Blade Runner cambiando la última nota, creciendo la canción mientras entran bajo, guitarra y batería hacia una pieza elegantísima, 100% KAMELOT que se me antoja ideal para comenzar los conciertos de la próxima gira de una manera distinta a la habitual. Y no os perdáis el interludio con solos tras el segundo estribillo, apto para saborear una y otra vez, y otra…

Vamos cogiendo velocidad sin perder melodía con “Insomina” donde los teclados de Oliver marcan el camino a seguir, optando la guitarra por un riff entrecortado y desembocando en otro estribillo de los de enmarcar. “Citizen Zero” en contraste, hace hincapié en la oscuridad, basándose en un arpegio en tritono que comienza acústico y va endureciéndose gracias a la aparición de la distorsión y los armónicos de púa efectuados con la guitarra. “Veil of Elysium” ha sido elegida sabiamente como primer adelanto del disco, y es que es esa muestra más cercana al power metal que practicaran antaño, de reminiscencias como “When the Lights are Down” dentro de su propia discografía y que tanto gusta a sus seguidores. 

Con “Under Grey Skies” tenemos la primera de las dos baladas que tiene el disco. Se trata de una delicadeza repleta de guitarra acústica, sonidos folk gracias a la participación de Troy Donockley de Nightwish y un bello dueto entre Tommy y Charlotte Wessels de Delain. “My Therapy” se basa en un duro riff muy bien construido que finaliza en arpegios y una sentidísima interpretación a nivel vocal. Tras un interludio instrumental de nombre “Ecclesia”, KAMELOT nos muestran su faceta sinfónica con “End of Innocence”, tras la que viene la que es mi canción favorita de “Haven”, un “Beautiful Apocalypse” que es de esas que se van quedando después de varias escuchas pero que luego no te puedes sacar de encima. Se trata de un tema a medio tiempo de construcción y composición muy típico en ellos, buenos riffs y bases, pero con unas melodías vocales súper originales, tanto a la hora de enfocarlas como construyendo las letras, cortando sílabas en el puente para añadirlas al estribillo (algo que hicieron en su anterior disco con el tema que le daba título y me encantó).

Llegados a este punto, agárrense, que vienen curvas: “Liar Liar (Wasteland Monarchy)” es veloz, con un encomiable trabajo de doble bombo cortesía de Casey Grillo que se sale aquí, pero jugando con parones y una envolvente atmósfera antes del inspirado estribillo. Además, fijaros como introducen las palabras “liar, liar…” durante el puente mientras Tommy canta como los ángeles (lo de “my wishes, your command” es de quitarse el sombrero).  La segunda balada, “Here’s to the Fall” prescinde de los instrumentos de rock, siendo orquesta y voz, tiene forma de aria donde una vez más, nos encontramos ante uno de los más impresionantes vocalistas de la actualidad. Parece sacada de un musical de Broadway, y no exagero un ápice.

Nos acercamos al final y llega el momento más brutal, en todos los aspectos. “Revolution” es no sólo rápida, sino durísima, muy heavy y casi cercana al thrash en algunos fragmentos, con unas guitarras engordadas al máximo. Por si fuera poco, colabora Alyssa de Arch Enemy, cantando algunas estrofas completas antes del solo. ¡Qué ganas tengo de escucharla en directo! “Haven”, como guinda del pastel, es una pieza orquestal e instrumental de poco más de dos minutos que nos trae la calma tras la tormenta de “Revolution”.

¿Parece poco? Pues como todo disco de KAMELOT, el encanto no viene sólo por el sentido del oído, pues todo lo que es la presentación, portada e interior del libreto es una maravilla con la que envolverse aún más en el trasfondo e idiosincrasia del relato que “Haven” nos propone. Todo un refugio a la cotidianidad de nuestras vidas gracias al arte cargado de fantasía, musicalidad, la distinción y refinamiento de unos maestros que nos traen la que, el tiempo lo dirá, puede ser su obra cumbre. Al menos hasta la fecha, lo es.

Tracklist:

  1. Fallen Star
  2. Insomnia
  3. Citizen Zero
  4. Veil of Elysium
  5. Under Grey Skies
  6. My Therapy
  7. Ecclesia
  8. End of Innocence
  9. Beautiful Apocalypse
  10. Liar Liar (Wasteland Monarchy)
  11. Here’s To The Fall
  12. Revolution
  13. Haven

Crítica de J. José Jiménez de RafaBasa.com