Tarde/noche rara en Madrid con un tiempo de mucho sol y calor, contrastando con nubes y chaparrones durante toda la tarde. Pero la descarga más potente llegaría en el interior de una sala La Riviera que se volvía a vestir de gala para recibir a los padres del thrash metal como son SLAYER, y a una de nuestras bandas más internacionales y con mayor repercusión nacional de los últimos años como ANGELUS APATRIDA. Gran cartel por tanto el que nos encontrábamos en la céntrica sala madrileña que contaba con una larga cola desde horas antes a la apertura de puertas, siempre hay ganas de disfrutar de un buen concierto aunque algunos se empeñen en intentar atemorizarnos.

La noche la abrirían ANGELUS APATRIDA, una de las bandas referencia del thrash en nuestro país formada por Guillermo Izquierdo a la guitarra y voz, David G. Álvarez a la guitarra solista, José J. Izquierdo al bajo y Víctor Valera tras los platos. Inicio demoledor de los de Albacete, con un sonido que no hacía demasiada justicia al buen hacer de una de las bandas nacionales más positivamente valoradas de los últimos tiempos.

Con “Of Men And Tyrants” el sonido comenzaba a discernirse mejor que al inicio y de pronto nos topábamos con el primer ‘wall of death’ de la noche para introducir un clásico ya como  “Give Em War”, poniendo un punto más de intensidad a su actuación.

El sonido cada vez acompañaba más, aunque las guitarras seguían sin distinguirse del todo bien, y con la batería pasando por encima del resto de elementos. “Serpents Of Parade” es uno de sus grandes éxitos sin lugar a dudas dentro de su último trabajo “Hidden Evolution” y no podía faltar por supuesto esta noche, como la definitiva “You Are Next” que sonó de lo más afilada y con los primeros crowdsurfers haciendo trabajar ya a la seguridad de la sala.

Una verdadera pena no poder disfrutar en plenas condiciones de unos ANGELUS que nunca fallan en directo, y aunque en esta ocasión las condiciones no fueron las mejores para descargar su metralla, siempre su energía y su capacidad para enganchar al público en todo momento les catapultan a lo más alto de la actualidad en el panorama nacional.

Uno de los cuatro jinetes del apocalipsis ‘thrashmetalero’ llegaba un año más a nuestro país, junto a METALLICA, ANTHRAX Y MEGADETH, SLAYER completan ese fabuloso ‘Big 4’ que llevó la bandera del thrash metal a lo más alto en aquellos años ochenta y que sirvió de referencia para miles de bandas a lo largo del planeta que a día de hoy siguen influenciados por ese estilo musical forjado por estos cuatro gigantes.

SLAYER es una de las bandas que más habitualmente tenemos por nuestro país en los últimos años, pero una vez más vuelve a ser un enorme reclamo para el público madrileño, prácticamente llenando toda una sala La Riviera, que se dice rápido y pronto.

Con Tom Araya al frente al bajo y voz, el carismático Kerry King y Gary Holt a las guitarras y Paul Bostaph a la batería llegaban unos SLAYER con ganas de hacer vibrar Madrid. Montaje común en sus últimas giras con un telón con motivo de su último trabajo al fondo (el cual cambiaría entre alguna de sus composiciones dando paso a otros logos y portadas de la banda) y sonido poderosísimo desde esa intro “Delusions Of Saviour” tan acertada que da paso a la banda.

El primer corte de la noche sería “Repentless” que no da respiro en ningún momento, el tema más representativo de su último trabajo y al que además da nombre. Tras un inicio avasallador, nos encontramos con piezas tan vertiginosas y bien acogidas como “Disciple” o un clásico como “Postmortem”, que nos hace alzar los puños desde el inicio al ritmo de esa cabalgada magistral, con un sonido excelente y una recepción impresionante, una auténtica fiesta desde el segundo uno de concierto.

No tardaría en llegar una de sus obras más reconocidas, la cual introduce con ese grito salvaje, hablamos por supuesto de “War Ensemble”, uno de sus grandes éxitos que lo tiene todo, desde ese ritmo demoledor que actualmente imprime Bostaph, riffs y solos por doquier que se pasan entre Holt y King, mientras el bueno de Araya (siempre sonriente durante todo el show) inundaba nuestros tímpanos con su potente voz.

Grandísimo inicio que contaría con algún altibajo en su parte media del show, en la que casualmente encontramos algunas canciones de su último LP “Repentless” como la misteriosa “When The Stillness Comes”, bastante más densa pero sonando igual de potente, o “You Against You” que contó con mejor recepción que su compañera de álbum, y es que Bostaph vuelve a arrancar el motor y poner la directa para una demolición completa en la pista con las hachas de Gary y Kerry contestándose de una forma brillante.

Otra pequeña bajada de pistón nos daba “Mandatory Suicide”, con esas melodías diabólicas, creando una ambientación totalmente infernal y con una galopada que comanda Araya con su bajo a lomos y un estribillo coreado por toda la sala.

Volvemos a pisar el acelerador a su máximo con “Hate Worldwide”, sin duda de lo mejor que se puede encontrar en “World Painted Blood” y la favorita en este trabajo de un servidor, y es que si esta canción en álbum suena cruda y afilada, en directo toma una dimensión mayor, sin duda es una de las mejores composiciones que han hecho en los últimos años, sólo hay que ver cómo reacciona el respetable ante ese portentoso ritmo que despliegan los californianos una vez más, volviendo a poner patas arriba Madrid.

Tom se dirige a nosotros una vez más para presentar un clásico, y lo hace recitando un estribillo como es habitual al que se suma toda la sala, “Dance with the dead in my dreams, listen to their hallowed screams, the dead have taken my soul, temptation’s lost all control”.

Cómo no hablábamos de “Dead Skin Mask”, otra de sus piezas por antonomasia, enorme en todos los sentidos con los ‘crowdsurfers’ haciendo trabajar de lo lindo a la seguridad situada en la parte del foso de la sala, pocas bandas logran este nivel de actividad en cuanto a seguridad en La Riviera.

Y llegaba el momento de enganchar hits tras hits, empezando por “South Of Heaven” y esa melodía inicial a dos guitarras que coreaba toda la sala, la cual acompañaría posteriormente a Araya en su trabajo bocal de forma muy notable, impresionante recepción, eso es lo que marca la diferencia entre los cortes de referencia de la banda y las grandes canciones.

Tras ello, la ambientación se tornaba roja, con Paul Bostaph introduciendo de forma inequívoca “Raining Blood”, ¿y qué podemos decir de este momento? Brutalidad por los cuatro costados en una sala que coreaba cada melodía y que acompañaba en cada impulso a la voz de Tom.

El final de ésta enlazaba con el inicio de otra que no podía faltar en la parte final del set como “Black Magic”, impecable de principio a fin, como decía antes ya no habría descanso ni para el público ni para los encargados de seguridad hasta el final, y menos con “Angel of Death” cerrando por todo lo alto una gran noche de thrash metal en la capital con los norteamericanos completando un setlist de cerca de hora y media.

Cada noche que pasan por nuestro país dejan huella imborrable, y es que a pesar de los cambios en su formación tras la triste pérdida de Jeff Hanneman y con la salida de la banda de Dave Lombardo, el combo californiano sigue sonando muy compacto y sólido. Pocas bandas del género son capaces de seguir siendo tan atronadoras como en sus inicios, está claro que los años pasan y que por ejemplo no podemos ver a Araya hacer headbanging como en aquellos años, pero el nivel que muestra esta banda año tras año está al alcance de muy pocos.

Además pudimos disfrutar de una gran banda abriendo para ellos como son nuestros ANGELUS APATRIDA, demostrando que son capaces de demoler cualquier escenario a pesar de no contar con las mejores condiciones. No nos cansaríamos nunca de recibir año tras año a este par de bandas.

Crónica de Óscar Gil Escobar de RafaBasa.com