Leo Jiménez - La factoría del contraste
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Ya lo comentamos en nuestras primeras impresiones, y tras haberlo escuchado en profundidad, nos reafirmamos: el nuevo disco de LEO JIMÉNEZ, La Factoría del Contraste, es el más arriesgado de su carrera en solitario (en el resto, STRAVAGANZZA sigue llevándose la palma), pero también uno de los trabajos más sinceros del artista madrileño.

Antes de comentar las canciones del disco, es importante recalcar que todo lo que suena tiene una intención, desde las guitarras, muy orgánicas y menos afiladas que lo que acostumbran las producciones metaleras actuales, pasando por las baterías, muy naturales y «humanas», hasta llegar a las voces, que no están vestidas de efectos ni de coros en exceso para favorecer que todo se entienda. Efectivamente, todo podría haber sonado «mejor», entendiendo esto como más potente, más vitaminado, más perfecto, pero lo que escuchamos es un intento de mostrarnos lo que puede ofrecer la banda de una manera realista, sin artificios. Nos podrá gustar más o menos, pero hay que respetar la decisión artística detrás de ello, sobre todo porque tiene una explicación y motivación bastante claras, que se traduce en una propuesta transparente que se podría resumir en un «esto es lo que hay, ni más, ni menos».

Que haya homenajes a Shakira, CÓMPLICES, Dimebag Darrell, BARÓN ROJO o BLACK SABBATH es tan solo una muestra de la apertura musical que ha querido transmitir Leo, que no se resigna a ser el vocalista que una parte del público heavy quiere que sea (básicamente, el que se dio a conocer con SARATOGA). Es, probablemente, la primera vez que le escuchemos sin controlarse, sin esconder lo que quiere hacer. Y eso también es digno de aplaudir, porque en el fondo no responde a criterios comerciales (quien tenga un grupo serio y niegue que lo hace para ganar dinero, simplemente miente), sino a lo que le pide el cuerpo.

Por todo ello, es un álbum que requiere de más de una escucha y de una mentalidad muy abierta, de una predisposición para entender y disfrutar cada tema. Este quizá sea el mayor reto al que se enfrenta La Factoría del Contraste, y es que vivimos unos tiempos en los que la gente ni tiene paciencia ni tiene intención de valorar algo que no le entra en la primera escucha. Pero vayamos a las canciones.

«Soy Libertad» es la encargada de abrir como un cañonazo el CD. Empieza con unos «golpazos» lentos sobre los que se construye el lead de guitarra que sirve más adelante como melodía para el estribillo. Explota poco después con mucha caña, guturales y doble pedal. El groove de guitarra es muy tribal, muy a lo FEAR FACTORY y DAMAGEPLAN, y forma una dupla atronadora con el bombo, muy juguetón y vibrante. Un Leo muy agresivo nos conduce por las estrofas, con guiños aflamencados, hasta un estribillo que entra a la primera y que tiene las papeletas para convertirse en todo un himno. El break instrumental, orientado al metal extremo con armónicos de guitarra, ritmo pesado, guturales (de Mero Mero de CUERNOS DE CHIVO), etc. acaban de sumarle carácter al que, para mí, es uno de los más redondos del disco.

«Hambre» gustará a los que buscan el sonido SARATOGA. De hecho, recuerda a la época de Tierra de Lobos, aunque con un toque más rockero y crudo (aquí esas guitarras «gordas» tienen mucho que ver). Tiene una letra simple, pero muy crítica contra los políticos que permiten que haya niños muriendo por inanición en la actualidad. El estribillo quizá te desencaje a la primera, pero eso también le da buena dinámica al tema. Ojo a todos los cambios de batería, muy grande Carlos Expósito.

El primer single fue «Con Razón o Sin Razón», un tema rápido, con buenos riffs y con esa esencia a caballo entre PANTERA y SEPULTURA (sobre todo por los arreglos de batería) que se compensa con unas partes más suaves y pegadizas que la convierten en un adelanto perfecto para presentar el CD. No representa lo que es el disco, que es más oscuro y rudo, pero es cierto que quizá sea la más «comercial».

La más rara del álbum es «D.E.P», en homenaje a Dimebag Darrel, con toques numetaleros, unas guitarras pesadas y deprimentes que, no obstante, tienen unas armonías muy bien conseguidas, y unas voces susurradas, desgarradoras e interpretadas fundamentalmente por Toni Mero. Es muy oscura y underground y si el disco requiere de más de una escucha, este corte necesita muchas más para cogerle el punto.

«Caballo Viejo» ya la conocíamos por 20 Años Tras el Apocalipsis, y es que fue una de las demos que venían incluidas. Esta vez se trata de la versión eléctrica, a lo power ballad. Leo canta con una calidez especial y el lead de guitarra eléctrica, aunque con ese toque casero, tiene «un algo» especial. Seguramente el giro pop del final repugne a muchos por ser demasiado «pegajoso», pero es el remate de un tema que acaba entrándote sin que te des cuenta.

Qué razón tenía Leo cuando nos presentaba «Ojos Así», la versión del famoso tema de Shakira. Decía que los mismos que la criticarán serán los mismos que alucinarán con ella de fondo. Y, curiosamente, en el momento de escribir estas líneas es la más reproducida del disco en Spotify. Suena a STRAVAGANZZA, con un metal arábigo adictivo y enérgico. La única pega que le encuentro es que tiene algún incómodo pico de distorsión (seguramente provocado) en la última parte del estribillo. Por lo demás, muy disfrutable y seguro que un exitazo en directo.

Hay mucho de metalcore en el disco, aunque seguramente el primer premio se lo lleve «El Dilema», que es un tema bruto y extremo en el que Leo y Mero Mero se alían para ofrecernos una mezcla entre STRAVAGANZZA, un grupo de hardcore americano y algún grupo nórdico de black metal. Muy agresivo y hecho para liberar adrenalina.

Reconozco que «Un día más» fue la que menos me convenció la primera vez que escuché el disco. Sin embargo, con varias repeticiones acabó colándose en mi cerebro como un mantra. Tiene una melodía muy agradable y fácil de memorizar que, unido a esa atmósfera tan íntima que logra, la convierten en una de las más especiales del álbum. Leo pasa de cantar con cercanía y calidez a su registro más heavy con maestría.

La medio tiempo «Quién le pregunta a él» tiene unos versos con unos giros melódicos a lo TRIANA o MEDINA AZAHARA, y es que no es casualidad que la letra hable de la crueldad hacia los toros. Letra crítica y con un formato «cuento» que transmite bien un sentimiento de impotencia y pena por los animales. El estribillo es pegadizo y tiene unos solos de guitarra sencillos, rockeros y muy efectivos.

La balada de la discordia, «Que Me Digas Ven», un dueto con la cantante de pop Merche precioso, en el que también colabora Manuel Ibáñez de MEDINA AZAHARA con arreglos de teclado. El trabajo de voces es muy rico y bonito y, sí, este tema podría sonar perfectamente en cualquier radiofórmula de canciones españolas. No es tan comercial como para ello (porque son 5 minutos, sobre todo), pero, sin duda, es una canción que le puede abrir mercado a Leo, aunque, lamentablemente, también producirá rechazo entre los menos comprensivos. Como canción es una balada romántica pop con mucho feeling y dos grandes voces, y eso debería ser suficiente para disfrutarla (o, al menos, respetarla), tengas chupa de cuero o no.

«Keroseno» tiene una intro metalera y con ciertos toques progresivos, que acaba desembocando en un corte explosivo, guitarrero y cañero. Leo canta muy limpio en su registro heavy, algo que hacía tiempo que no le escuchábamos, desde los primeros trabajos de STRAVAGANZZA. Algunos efectos de voz me han recordado a RACER X y, en general, este es un tema para mover la cabeza y disfrutar del groove potente que construye. Y, sí, la letra no le servirá para ganar un premio de poesía, pero es muy efectiva tal y como es.

«Ascensión» es una instrumental a modo de outro en la edición estándar del disco. Me ha recordado a esa onda HAMMERFALL en las instrumentales, y es que esas guitarras dobladas y los arreglos de teclado de Manuel Ibáñez se aproximan a ese toque épico del power metal.

Vamos con las versiones de la edición deluxe. La primera en sonar es «Neon Knights», en la que Leo se pone el disfraz vocal de Dio con bastante tino (y un inglés bastante mejorado), sin dejar de aportar sus giros personales, eso sí. En lo musical, es bastante respetuosa con la original y eso es suficiente para honrar un gran clásico de BLACK SABBATH.

«Tierra de Nadie», siendo también una de las más raras de BARÓN ROJO, pega perfectamente con la línea de La Factoría del Contraste. La interpretación vocal recuerda mucho a Camilo Sesto, tiene mucho gusto y esos giros que tanto le han gustado a Leo. Salvo la producción más moderna y algunos arreglos, también es bastante continuista con la original. Y no es cosa de poco.

Sin duda, la más especial de todas las versiones incluidas en el álbum es «Getsemaní», del musical Jesucristo Superstar. La voz fue grabada en la primera toma y, simplemente, es espectacular. Para escuchar, disfrutar y emocionarse. El mejor Leo en estado puro.

Y, por último, una demo de «Es Por Ti», el famoso tema de CÓMPLICES. El sonido es totalmente casero (de hecho, la batería es programada), pero es otra prueba más de la apertura musical de Leo. Y el resultado es muy interesante.

Como conclusión, La Factoría del Contraste es un buen disco de algo más que rock y metal en español, es una muestra de honestidad y valentía y que no será, ni mucho menos, bienvenido en todos los círculos rockeros. Y, de hecho, tiene esa intención, remover conciencias y abrir mentalidades. Con que consiga eso aunque sea un poquito, ya será todo un éxito. Para acabar, y a título personal, echo en falta más temas como «Soy Libertad», que unen perfectamente la etapa más heavy de Leo con la más metalera y poco convencional de la actualidad, pero prefiero a un artista que está haciendo lo que le place a otro que se limita a entregar lo que se espera de él. Eso es lo más cómodo, y la de Leo en solitario siempre ha sido una ruta diferente y mucho más difícil. Por ahora, no le ha ido mal.

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Tracklist:

  1. Soy Libertad
  2. Hambre
  3. Con Razón o Sin Razón
  4. D.E.P.
  5. Caballo Viejo (Electric Version)
  6. Ojos Así (versión de Shakira
  7. El Dilema
  8. Un Día Más
  9. Quién Le Pregunta a Él
  10. Que Me Digas Ven (con Merche)
  11. Keroseno
  12. Ascensión

Bonus tracks:

  1. Neon Knights (versión de Black Sabbath)
  2. Tierra de Nadie (versión de Barón Rojo)
  3. Getsemani (Jesucristo Superstar)
  4. Es Por Tí (demo, versión de Cómplices)

Crítica de César Muela de RafaBasa.com