Con su reciente nuevo álbum bajo el brazo, Rulebreaker, PRIMAL FEAR visitó Madrid para presentarnos a la criatura en directo. Vinieron acompañados de los canadienses STRIKER y la veterana banda alemana de power metal BRAINSTORM. La sala Arena acogió a unas 350 personas, una cifra nada mala para ser un domingo cualquiera.

STRIKER

A eso de las siete de la tarde dieron comienzo STRIKER, que practican una mezcla de heavy, power y speed metal que, sin perder las influencias de formaciones clásicas de esos géneros, aportan frescura, buenos riffs y unos estribillos bastante pegadizos. Son bastante técnicos y, si te gustan los grupos guitarreros, disfrutarás de ellos.

Me gustó que, a pesar de que ambos guitarristas son muy ‘tocones’, siempre buscan la melodía y apartan el virtuosismo para momentos puntuales, algo que se agradece y que le da otra dinámica a un concierto de un telonero.

En este aspecto, algunas de sus melodías de guitarra dobladas me recordaron a bandas como HELLOWEEN o HAMMERFALL, aunque si hay un grupo que les marca ése es IRON MAIDEN. Su cantante, Dan Cleary, tiene un timbre parecido aunque, lamentablemente, no tiene el mismo control que el señor Dickinson, hecho que quedó patente en varios despistes de afinación (no sé si de ejecución o de composición).

Destacaría temas como “Full Speed Or No Speed”, heavy old school con tintes de JUDAS PRIEST, y “Fight For Your Life”, muy Maiden. Se mostraron enérgicos en el escenario, sonrientes y complacientes con el público, gozaron de un sonido correcto y, en definitiva, supusieron un muy bien primer plato para esta noche de metal.

BRAINSTORM

“Nellie the Elephant” de los Toy Dolls sirvió de intro (no sé si improvisada o no) para que BRAINSTORM saliera a escenario. Ataviados con indumentaria entre gótica y casi medieval, la presencia de la formación es imponente y suma puntos de oscuridad al ya de por sí siniestro estilo musical que tienen los alemanes. Si no los conoces, practican un power metal embrutecido y con unas cadencias pesadas y lúgubres, es decir, que no es el típico grupo de power metal happy lleno de dragones, princesas y demás fantasías (que no digo que sea ni mejor ni peor, no juzgo, ojo, simplemente es distinto).

El gran punto fuerte de BRAINSTORM es su vocalista, Andy B. Franck, que tiene un gran carisma y una forma especial de conectar con el público. Así, por ejemplo, al principio notó al público algo frío, así que para solucionarlo decidió dirigirse al respetable sin micro, a pleno pulmón. “Ahora voy a decir de nuevo que tenemos un nuevo disco que se llama Scary Creatures y vais a gritar como nunca”. Y funcionó. Además, se nota que tiene muchas tablas y maneja su voz con la libertad que da la experiencia.

Me gustaron cómo sonaron “Shivas Tears”, arábiga y pesada medio tempo que les quedó muy bien, “Falling Spiral Down”, la más rápida y cañera del show con diferencia y “All Those Words”, quizá la más accesible y ‘optimista’ de su repertorio. La única pega: Torsten Ihlenfeld, el guitarra solista. Me resulto bastante simplón en los solos. No digo que sea mediocre, pero la sensación que tuve fue la de ver a un guitarrista limitado y que podía dar mucho más jugo en general. Por lo demás, un concierto entretenido y en el que la gente disfrutó.

PRIMAL FEAR

Quizá se hizo demasiada larga esa media hora entre el final de BRAINSTORM y el comienzo de PRIMAL FEAR, y es que hicieron varios ajustes en la batería (que, aun con todo, compartieron BRAINSTORM y PRIMAL FEAR) y el personal se tomó con bastante calma los cambios pertinentes de backline. Tampoco se notó especialmente en el sonido, que fue correcto sin más (justo la batería fue lo que peor se escuchaba de la mezcla final, con un bombo a veces desaparecido y unos platos con demasiado protagonismo).

Sea como fuere, PRIMAL FEAR se caracteriza por publicar nuevo material como un reloj y, en general, dejan contentos a sus fans con discos que no son obras maestras, pero cumplen con las expectativas. Y digamos que ese mismo espíritu de estudio se traslada al directo. Vi a una banda demasiado acomodada, como a medio gas. Lo aprecié especialmente en un Ralf Scheepers muy soso (aunque sonriente) y carente de fuerza (a pesar de que sus músculos den la impresión de que es una bestia parda en todos los sentidos). Quizá no fuera su noche (de hecho vi que hizo varios gestos de preocupación a sus ‘pipas’ durante varios puntos del concierto), pero tuvo problemas de afinación y, sobre todo, lo que más eché en falta fue potencia. Si a un cantante de heavy conocido por sus agudos le quitas la potencia, te quedas con una especie de King Diamond desfondado y sin credibilidad. Si no fuera por los coros del bueno de Matt Sinner, Ralf se habría quedado vendido en más de una ocasión.

El repertorio estuvo muy centrado en Rulebreaker, algo que hay que aplaudir porque significa que la propia banda confía en su nuevo álbum, y, a decir verdad, temas como “In Metal We Trust”, “The End Is Near” o “Angels Of Mercy” ganan bastante en directo. No sucede lo mismo con la balada “Sky Is Burning”, en la que Ralf tuvo sus peores momentos de la noche en el agudo estribillo. Sin embargo, como digo, Rulebreaker, muestra solidez en directo y refuta el buen y constante trabajo de la formación germana.

El nuevo baterista, el italiano Francesco Jovino, cumple perfectamente con su cometido y sigue la línea continuista, cañera y cargada de doble pedal de sus predecesores. Un buen detalle de la banda al dejarle tiempo para un breve solo de batería, que sirvió como carta de presentación al público y como un mensaje de “seguimos bien cubiertos en la batería”. En lo referente a los guitarristas Tom Naumann y Alex Beyrodt, nada más allá de lo habitual. Son una buena dupla y defienden con actitud y técnica los temas de la banda. Del simpático Matt Sinner solo hay que decir que, como sucede con los bajistas en muchas otras bandas, es el motor de PRIMAL FEAR.

De su actuación me quedo con “Seven Seals”, que no me esperaba para nada en el setlist y que sonó bastante bien, “Nuclear Fire”, guiño al tercer álbum del grupo, “When Death Comes Knocking”, con ese bajo a lo Manowar tan crudo, y la épica “Fighting The Darkness”, en la que Ralf sí dio lo mejor de sí mismo y se notó mucho. “Metal Is Forever” me pareció venida a menos por la floja interpretación de Ralf y “Running The Dust” creo que fue un tema raro para acabar la noche, aunque fue bien recibido por los más nostálgicos.

Correcto concierto de PRIMAL FEAR, algo deslucido por una mala noche de Ralf, pero que hizo pasar un buen rato a sus fans. Y, al final, se trata de eso, ¿no?

Setlist

  1. Final Embrace
  2. In Metal We Trust
  3. Angel In Black
  4. Rulebreaker
  5. Sign Of Fear
  6. Seven Seals
  7. Solo de batería
  8. Angels Of Mercy
  9. The End Is Near
  10. Rolecoaster
  11. Sky Is Burning
  12. Nuclear Fire
  13. When Death Comes Knocking
  14. Chainbreaker
  15. Metal Is Forever
    Bises
  16. Fighting The Darkness
  17. Running the Dust

Crónica de César Muela de RafaBasa.com