Treinta y cinco años de historia discográfica son, nada menos, los que albergan los británicos IRON MAIDEN, actualmente noticia por la edición de su decimosexto álbum de estudio “The Book of Souls”. Como siempre, ríos de tinta impresa y virtual están corriendo desde semanas antes de su edición. Su primer lanzamiento doble sin ser un directo, el trabajo más largo de su carrera y cierto sector de fans que no terminaron satisfechos con “The Final Frontier” lo han situado en el punto de mira desde que se anunció oficialmente que estaba grabado (con un lanzamiento y gira retrasados por la enfermedad de Bruce Dickinson, felizmente superada). Un Lp tan ambicioso deja un cúmulo de sensaciones difíciles de digerir y desde luego aquí parece que los de Harris no nos lo vuelven a poner fácil. ¿Conclusiones? Muchas y variadas. Intentaré darles forma en la siguiente reseña. Veamos…

Crítica de J. José Jiménez de RafaBasa.com

Empecemos con lo positivo, y es que me ha agradado descubrir que por fin han huido de esa fórmula de utilizar intros de quintas acústicas arpegiadas para, tras varios minutos seguir haciendo lo mismo pero con distorsión. No es que le quedara mal a algunos temas, pero desde “The X Factor” habían abusado en exceso de ella y la verdad que ya comenzaba a ser tedioso, aparte de ralentizar bastante los directos. Me gusta además que el disco suena a directo, como si estuvieras escuchando a la banda tocar los temas de seguido, los seis músicos juntos. Incluso apenas hay armonías de voz en las estrofas, relegándolas a algún estribillo o coro, resaltando aún más esta sensación.

Como punto menos favorable, y admito que el hecho de saber que este disco se ha compuesto casi todo juntando ideas en el estudio puede influir en mi percepción, e incluso estoy teniendo en cuenta que IRON MAIDEN son una banda que siempre ha tocado sin metrónomo (hecho bastante definitorio en su estilo y forma de tocar, todo sea dicho), creo que no le hubiera venido nada mal una vuelta de tuerca a la composición ya que hay partes (sobre todo algunas introducciones) que no casan demasiado con lo que viene después e incluso algunos riffs los veo algo embarullados, superpuestos, con pequeños desajustes de milisegundos, pero fallos que no se pueden permitir en una banda como esta (más adelante matizaré a qué me refiero). Incluso alguna melodía vocal la veo fuera de compás. Cierto que con el paso de las  escuchas todo se normaliza,  no dejan de ser hechos puntuales, y en conjunto las canciones son bastante buenas en su mayoría, pero de verdad creo que con un pequeño replanteo antes de entrar en la “pecera”, el nivel de calidad hubiera sido superior.

La verdad que la cosa no es que comience muy allá, porque ¿quién tendría la idea de usar esa introducción? Y no tanto por el sintetizador y la voz, sino por el sample  de trompeta, que en otras partes del globo quizás no chirríe tanto, pero en España a eso lo llamamos pasodoble y ¿qué pinta un pasodoble en un disco de IRON MAIDEN? ¡Le queda como a un Cristo dos pistolas! El caso que, dejando la anécdota a un lado, minuto y medio más tarde descubrimos que “If Eternity Should Fail” es un temazo como la copa de un pino: ritmo cabalgante, a medio tiempo y con un trabajo vocal de Dickinson espléndido, además de un estribillo que tengo pegado desde hace días en mi memoria. Hacia su mitad se acelera para las armonías de guitarras y el cruce de solos, volviendo a terminar con el último coro volviendo al tempo original. “Speed of Light” ha sido el primer single, nada ajeno a la polémica y a mí al menos su aire rockero me ha gustado, pese a lo extraño que suena las primeras veces el estribillo mantenido sobre la misma tónica en el bajo mientras guitarras y voz dan notas directas. Sus armonías a tres guitarras son de lo mejor del tema.

“The Great Unknown” comienza suave, acústica, ganando intensidad a medida que la distorsión aparece. Me han gustado sus melodías vocales y el estribillo, muy clásico y a la vez melódico; sobre todo el puente me ha parecido muy bueno e inspirado, sonando algo distinto a lo que nos tienen acostumbrados. “The Red and The Black” (de nuevo con introducción cañí, esta vez rasgando las cuerdas del bajo), es el tema en solitario de Steve Harris, una mezcla de “Rime of the Ancient Mariner” con “The Clansman” y coros que en directo pueden funcionar muy bien,  bastante dinámico y bien llevado, aunque veo la base de batería bastante simplista y creo que se le podría sacar más partido; desde luego la canción da para mucho más en ese aspecto. “When The River Runs Deep” tiene una introducción con unas guitarras repletas de chorus bastante curiosa, aunque la melodía de voz no la termino de encajar en ella. El resto del tema es bastante bueno, aunque insisto en lo que decía antes: no lo veo bien hilado, es como si fueran partes de canciones distintas. El estribillo es otra pequeña maravilla, de las muchas que tiene este disco, ahora bajando la velocidad y dando paso a la melodía. “The Book of Souls”, tema título y personalmente el mejor, es sensacional con sus aires moriscos, basado en la armónica menor, un trabajo de sintetizadores muy bueno (entrando a resaltar las partes justas y necesarias y hecho con buen gusto), un Bruce Dickinson que se sale por todos lados cantando con pasión y una parte central instrumental que nos transporta a “Powerslave” con sólo cerrar los ojos.

“Death or Glory” es un tema que en directo puede funcionar muy bien, muy rockero aunque con un riff de reminiscencias a “Losfer Words (Big ‘Orra)”, aunque de nuevo encuentro que a la batería se le podría haber sacado mucho más partido con respecto a lo que están haciendo el resto de instrumentos. Por cierto que detecto cierto descompás al inicio, justo después de la introducción entre batería, bajo y guitarras. El estribillo es súper pegadizo y la parte de los solos una pasada, incluyendo un solo de slide muy original.  “Shadows of the Valley” es otro gran tema, melódico y muy MAIDEN a la vez pero de nuevo me encuentro con la dicotomía “intro/resto del tema” y es que ¿no había ideas mejores que la de reciclar el archiconocido dibujo de guitarra de “Wasted Years” (o una variación bastante parecida a éste) metiéndolo a la mitad de tempo?

“Tears of a Clown”, una gran sorpresa que de hecho bien podría haber encajado en discos de Bruce Dickinson en solitario, totalmente melódica y otro estribillo de los de enmarcar, cantado además con un halo de tristeza sobrecogedor (el tema está dedicado a la figura del actor Robin Williams). “The Man of Sorrows” es preciosa, desde su introducción acústica (además adornada por un precioso solo de Dave Murray) y aunque sea una de las canciones que más acusa los cambios de ritmo, incluso de tonalidad, la verdad que aquí sí me han terminado de encajar poco a poco, además con el que quizás sea el estribillo más encomiable de la obra. “Empire of The Clouds”, la canción más larga en la historia de IRON MAIDEN, me produce sensaciones contradictorias. Me encanta como inicia, con el piano, los violonchelos adornando la voz, incluso las partes eléctricas acompañadas de piano son muy novedosas para esta banda y están realmente bien acopladas, con sus múltiples cambios, cómo se toma el tiempo para irte metiendo en la canción antes de empezar a cantar… ¡una maravilla! Trata sobre la tragedia del dirigible británico R.101 y la intensidad está logradísima. Sin embargo, la parte intermedia con la guitarra repitiendo el mismo dibujo ad infinitum rompe con la magia (además, hay un fragmento donde se ralentiza mínimamente para poder acoplarse con el próximo golpe de batería, amén de lo que parece algún fallo de digitación) y la progresión hacia el mismo dibujo bajando de traste es descorazonador, aunque afortunadamente en la parte media-final se retoma el pulso, llegando al clímax.

Por si fuera poco, tenemos la vuelta al logo puntiagudo que tanto echábamos de menos y una portada de las de quitarse el sombrero, sin estar tan recargada como otras pero con un trabajo encomiable de Mark Wilkinson mostrándonos a un Eddie maya. Varias ediciones, desde las más modestas a las deluxe, a gusto de consumidor (nunca mejor dicho) y un excelso trabajo de diseño interior en cada una de ellas (servidor ya tiene encargado el vinilo desde hace días). Y como no podría ser de otra manera, en vísperas de su edición tienen a miles de fans en todo el mundo pendientes de cualquier actualización en su web y redes sociales de cara a la más que seguro exitosa gira, a la que no faltaremos. Up the Irons!

Tracklist:

Disco 1

  1. If Eternity Should Fail
  2. Speed Of Light
  3. The Great Unknown
  4. The Red And The Black
  5. When The River Runs Deep
  6. The Book Of Souls

Disco 2

  1. Death Or Glory
  2. Shadows Of The Valley
  3. Tears Of A Clown
  4. The Man Of Sorrows
  5. Empire Of The Clouds

Crítica de J. José Jiménez de RafaBasa.com