La gira más esperada del año comenzaba ayer, viernes 16 de mayo, en Zaragoza. El Pabellón Príncipe Felipe, reservado para las grandes ocasiones, se vestía sus mejores galas para recibir a la banda intratable del Rock nacional; a ese nombre mitificado en vida y que nadie apea; a ese fenómeno de masas sin parangón que es EXTREMODURO. Y los atavíos que sacó a relucir no combinaban entre ellos, a priori. Las largas filas de entrada reunían gente de todas las condiciones sociales y culturales posibles, de edades recién autorizadas a asistir a conciertos a las que nunca conocieron límite, e incluso repartidas de distintos puntos de España.

Crónica de Tomás Catalán de El Lado Oscuro de la Luna

Tres horas después, no se distinguía una camiseta de MAREA de una de Lacoste, todos medían lo mismo y 9.000 personas abandonaban el pabellón con acento extremeño.

Es la magia del Robe. Ese poeta de Plasencia con fama de malas pulgas que se colgó una guitarra eléctrica para ponernos a todos de acuerdo. Que nos enseñó una poesía más allá de los libros de texto; al principio rabiosa, rebelde y visceral, y, con el tiempo, más profunda, y tan personal que no siempre la entendemos. Pero, siempre honesta, que nos sigue emocionando y sentimos como propia. Sus versos se hicieron himnos, y era más fácil comprender y retenerlos a través de canciones; entonces acuñó el Rock Transgresivo. Lo coronamos Rey de Extremadura, pero su reino no era de este mundo, y una vez Uoho tomara asiento a su diestra, el nombre de EXTREMODURO pronto trascendió más allá del Rock.

Puede que Joaquín Sabina llegara antes, y que pupilos aventajados como ESTOPA se atrevan a disputar la corona, pero hace tiempo que EXTREMODURO se confirmó como el mayor fenómeno social que hemos vivido en España en los últimos 20 años, abarcando un público amplísimo, al que es imposible poner fronteras sociales: prácticamente ningún colectivo se queda al margen, por pequeño que sea o incluso lo rechace. Aunque cambiaras de amigos, de trabajo, o de ciudad, no te escaparías del halo del Robe: en todas cuadrillas hay un fanático; en el curro, cualquier día oyes silbar por el pasillo So payaso, Salir o Jesucristo García (si es viernes, hasta lo oyes cantar); y si has pensado en mudarte, ten en cuenta que esta gira de EXTREMODURO va a pasar por 36 ciudades.

La lógica también se desmorona con el artista extremeño (mejor artista, que aúna músico y poeta), pues se da la paradoja de que los suyos son unos seguidores tan fieles y devotos, y al mismo tiempo tan grande en número, que han elevado a EXTREMODURO a la categoría extraordinaria de banda de culto con éxito masivo.

Y, cada vez, más masivo. Aún no han dado un paso para atrás en 27 años. Cada nuevo disco, cada nueva gira, marca un pico más en esas cotas de popularidad, admiración y reconocimiento. La prensa, los compañeros de profesión, y sobre todo sus seguidores, están rendidos a sus pies, y los reafirman en cada movimiento como EL grupo, al igual que su última obra, Para todos los públicos. Y, para colmo de sus detractores (si no los tienes, no eres grande), y desbaratar ya del todo a cualquier lógica que se preste, todo sin ningún tipo de promoción. Hablaría de mito, pero es una palabra más próxima a los muertos que a los vivos, y EXTREMODURO está más vivo que nunca. Si la música es vida, ellos están pletóricos; y, después de dos años sin pisar un escenario, el viernes lo tenían marcado en rojo.

El 16 de mayo, colorado en el calendario, sí. Y subrayado en azul, también. Desconozco si por casualidad o por la real providencia, pero la gira Para todos los públicos se inauguraba en Zaragoza el mismo día que el Robe cumplía 52 años. Y como era de esperar, más de 9.000 súbditos respondieron ante su Rey para celebrar juntos la gran fiesta del Rock por todo lo alto.

Las entradas de pista, agotadas desde hace un mes y en tiempo récord (no sólo en este primer concierto, en Pamplona y Madrid también han volado -48 horas duraron las de Las Ventas- y sólo quedan de grada); y un nuevo trabajo número 1 en ventas, era el flamante bagaje con el que los los comandados por Roberto Iniesta e Iñaki Uoho Antón se presentaban en la Capital del Ebro. Todo cartas ganadoras, pero el estreno del tour 2014 aún nos concedería varias sorpresas a lo largo de las casi tres horas que estuvieron sobre el escenario.

Y no empezó bien la noche… Las interminables colas retrasaron la hora de inicio del concierto hasta tres cuartos de hora, pues la banda decidió esperar a que entraran todos sus seguidores. Personalmente, me pareció la decisión más adecuada; aunque también habría que preguntarse por qué hubo esos problemas de entrada, si la apertura de puertas se anunció a las 20h00, dos horas antes del inicio.

A las 22h45 sonó el inmortal Al cantar, de PLATERO Y TÚ, que anunciaba que el concierto empezaba ya, y el gentío ya empujaba. Un container gigante se sostenía en lo alto del inmenso escenario, formado entero por más contenedores (estos ya ficticios), y comenzó a descender, hasta situarse en el suelo. Los acordes de Extraterrestre incendiaron el pabellón, y creo que no podía parecerse más a un concierto de AC/DC. El container bajando, esos riffs tan, tan herederos de la conocida academia rockera Hermanos Young, y la intensidad que transmitía el público… A pesar de los problemas de Robe con la guitarra, la salida fue impresionante.

Comenzaron con este tema pero sólo sonó instrumental, entremezclado con el riff de Puta, y lo disolvieron con Sol de invierno. Las primeras canciones no perdieron un ápice de esa pasión y energía desde ambas partes del escenario. Puro goce. No importaba que sonaran temas más recientes, de sus dos últimos discos, como Entre interiores o Mi espíritu imperecedero, o anterior a ellos. Aunque el delirio que provocó La vereda de la puerta de atrás fue incomparable a ningún otro momento de la primera mitad. Se podía sentir el suelo temblar bajo tus pies, y las voces de absolutamente todo el recinto ahogaban a la banda, y no se dejaron una sola estrofa por cantar o una melodía de guitarra por corear.

Esa fue la canción más antigua, obviando Sol de invierno del lejano Deltoya (1992), que interpretaron hasta antes del descanso. En esa primera hora y cuarto, protagonismo absoluto de sus tres últimos lanzamientos. De Para todos los públicos se sumaban con éxito Pequeño rocanrol endémico y Locura transitoria, hay que señalar que muchísima gente se sabía ya las nuevas letras. Eso, con esta banda, es como una religión. La gran Si te vas…, que fue la segunda canción más votada en la encuesta que hizo el grupo para elaborar el setlist de 2014, hacía el segundo y último guiño al magnífico Material defectuoso (2012).

Después de Si te vas…, el cantante pidió apagar los teléfonos móviles y no grabar esa canción, que deseaban que fuera una sorpresa para los 35 conciertos que restaban, y que nos limitáramos a disfrutar del tema inédito que iban a tocar, y del que no desvelaron título. Es difícil valorarlo tras una simple escucha y en un concierto, con emociones a flor de piel, pero el tema creo que dejó buenas sensaciones, aunque sin despertar pasiones tampoco. Es una composición muy reconocible de esta etapa más actual de EXTREMODURO: larga, con una intro muy relajada, primero instrumental y a la que se une la voz de Robe casi a susurros, para ir in crescendo, hasta terminar cargada de energía e intensidad. Paz para los más ansiosos, también desvelaron que hacia el final de gira publicarán un videoclip  en directo de esta nueva canción, con la que mejor les quede de todas los grabaciones.

Y para terminar, una de las obras cumbre de Iniesta, La Ley Innata (2008), de la que alternaron Dulce introducción al caos y los movimientos segundo y cuarto, Lo de fuera y La realidad, con un nuevo regalo entre ambos: otra canción inédita, esta mucha más corta, y que sólo contó con Uoho y Robe, con sus guitarras en limpio. Apostaría a que sólo era un fragmento, por su duración y porque sólo oímos la parte “delicada”. Casi no dio tiempo a disfrutarla, así que no me atrevo ni a un escueto análisis como con la anterior. La tocaron por sorpresa, sin presentaciones, e hizo de nexo entre los dos movimientos, que como en el disco, no permiten que haya silencio entre ambos.

Robe anunció el tan incomprendido como habitual descanso de 20 minutos, y aprovechó para animar al respetable a hacer lo que quisiera… pero con cuidado en que no les vieran. Piensa el ladrón… que dice el refranero, o es parte del personaje y el espectáculo. ¿Qué más da? Es un tema siempre implícito en un concierto de EXTREMODURO.

Voy a aprovechar yo también el intermedio para comentar algunos aspectos técnicos del concierto: Especialmente reseñables fueron el sonido y el juego de luces, ambos espectaculares en el sentido más amplio. Juegan en la Primera División, y se tiene que notar. Aunque respecto al montaje, personalmente esperaba más, sobre todo a raíz de las palabras de Uoho en nuestra entrevista, que prometía algo para recordar. Eché muy en falta, por encima de todo, pantallas que acercaran a los músicos a los espectadores más alejados. Más cuando en la gira anterior sí que las llevaban. Y como en aquella ocasión, también les podía haber dado mucho más juego con el tema de proyecciones, que fue bastante escaso: Una cruz en Jesucristo García, la palabra “Ama” en el tema que empieza por el mismo verbo, y un par de efectos como de copos cayendo en Entre interiores y creo que Stand By. Aseguraría que no hubo más. Ni pirotecnia, siempre tan vistosa. Quizá puse yo mismo el listón demasiado alto en este aspecto, pero tampoco me dio la impresión de que superara al despliegue de hace dos años.

Volvieron con muchas más ganas y potencia que cuando se fueron, haciendo la primera incursión en Ágila (1996), que la mayoría cita como su obra de referencia. Ya tardaron. Prometeo devolvió ipso facto la energía perdida en el descanso y Sucede puso a volar todos los litros que se vendieron entonces, pero Jescucristo García puso del revés el Principe Felípe, primero a base de karaoke y después a golpes de la locura desatada por el incitador “¿Cuánto más necesito para ser yo? ¡Yo! ¡Yo!“. Fue la gran ausente en la gira de 2012 (aunque la recuperaron en Sudamérica), y en esta, por supuesto, uno de los puntos álgidos del concierto. Del mismo modo que se agradeció entonces que reposara, ahora se celebra su regreso al setlist, con más fuerza incluso. Una medida que quizás no quede en anécdota, ya que en esta gira podrían haber mandado a So payaso al banquillo… No se puede asegurar nada, habrá canciones que irán cambiando en cada ciudad y ya confirmaremos estas especulaciones. Pero un himno de ese calibre no merece malvivir entre rotaciones, y sonar según la noche… esto es una impresión personal, claro, pero veo más factible que le hayan dado un año sabático.

Autorretrato fue la gran sorpresa del segundo cancionero, y todavía lo fue más su respuesta, más celebrada en las partes instrumentadas que en las cantadas, para mi mayor asombro. Iñaki hizo gala de su polivalencia en la intro de piano en Standy (qué importante es Yo, minoría absoluta (2002)), celebradísima, pero que Salir y Puta terminaron eclipsando. Estas dos juntas fueron las vencedoras absolutas de la noche, las que más alto elevaron la comunión entre banda y público, seguidas de La vereda de la puerta de atrás y Jesucristo García. Y tres de estos cuatro himnos pertenecen a su época más moderna…

Tras el protagonismo sin disimulo de su discografía más reciente en la mitad inicial de la actuación, muchos auguraban un final repleto de clásicos… error de novato, o mala memoria. Los habituales al directo de EXTREMODURO ya tienen asumido en los últimos años que sus cinco primeros álbumes los tienen en una cajita; que nunca llevan encima por si se la quitan (tampoco sonó A fuego). Es el precio de una madurez tan bien llevada. Independientemente de gustos, la calidad de sus discos recientes es incuestionable. De no ser así, sus éxitos más antiguos no se hubieran movido de los repertorios (a los que siempre podrían volver, por otra parte). Aunque no discuto que la criba se haya podido propasar en sus grabaciones más primerizas, que quizá ellos vean más verdes, y por eso apenas han recuperado alguna desde la presentación de Grandes éxitos y fracasos (2004). Sin ir más lejos, el setlist del viernes estaba muy equilibrado de Ágila en adelante, con dos o tres temas de cada álbum salvo Para todos los públicos, por sólo tres representaciones de los cinco que lo precedieron. Y, hace dos años, en el concierto final de la gira Robando perchas en el hotel sólo tocaron una más de esas canciones que el viernes en Zaragoza. Claro y en botella. Por otra parte, es el eterno debate en grandes bandas. Ya quisieran las demás tener este problema

Pero sí que se oyeron varios comentarios que recriminaban esta decisión del grupo, e incluso se ponía en duda la encuesta sobre el setlist (que conviene recordar que era orientativa). Tampoco sabría decir si más que en la opinión contraria. Lo cierto es que dos horas y media son suficientes para hacer un repertorio más equilibrado con sus primeros trabajos, así que probablemente se deba a una cuestión de afinidad por parte de los músicos. ¿Y no es precisamente lo que admiramos de Robe? ¿Su integridad?

Volviendo a lo que sí tocaron, los más observadores descubrirían que tampoco habían caído aún los temas más populares de Para todos los públicos. No se iban a marchar sin presentar Poema sobrecogido, con derroche de entrega y actitud de la banda al completo, acentuados por el gong y los platos; las cañeras Mi voluntad y ¡Qué borde era mi valle!, que tanto recuerdan a los EXTREMODURO de los primeros 90, y que ambas sonaron cargadas de rabia y con mucha fuerza; o la magnífica El camino de las utopías, que si hace dos años abrió la gira Robando  perchas en el hotel, esta se encargó de cerrarla, después de que el final tan seco de Ama, ama, ama y ensancha el alma nos dejara un poco fríos… No creo que fuera la intención, pero siempre me ha resultado muy cuestionable terminar un concierto con un tema nuevo, la sensación que me transmite es de que nos lo intentan colar como clásico, cuando son títulos que no hay que forzar. A pesar de que precisamente a El camino de las utopías se lo he augurado en más de una ocasión.

Al final, tocaron 7 de las 8 canciones de Para todos los públicos, más dos inéditas, con tiempo de sobras para haberle metido mano al disco desde noviembre; y aún tocaron 15 canciones más, todo en 160 minutos totales (80′ cada parte, no contamos el descanso). No se les puede reprochar nada.

Por lo demás, la banda al completo estuvo sobresaliente. Cantera es un batería más fiable que el reloj de la plaza del Ayuntamiento de Zurich, y a pesar de no moverse del sitio no pasa desapercibido. El ex FLYING REBOLLOS Miguel Colino es sorprendentemente uno de los bajistas más infravalorados de la escena rockera, que ha tenido la “desgracia” de toparse con el carisma de sus dos compañeros en primera línea. Casi nada… Si no fuera por sus caretos en el escenario, ejemplificaría el tópico de bajista discreto y a la sombra.

No descubrimos a Uoho a estas alturas. No sólo lo sensacional músico que es, y su capacidad para dirigir y controlar todo lo concerniente al aspecto musical de EXTREMODURO, sino como músico de directo, capaz de llenar el escenario él sólo, corriendo de un lateral a otro, punteando en el suelo o de rodillas, interactuando con sus compañeros y con el público, transmitiendo actitud, buen rollo y seguridad. Es supermeritorio con toda una personalidad como la de Robe a su izquierda, presidiendo las tablas. Iñaki es el Rock & Roll. Y el tipo de compañero que querrías tener siempre a tu lado.

Y Robe es Robe. No estuvo muy hablador, porque nunca lo está. Él se expresa con sus canciones, y cada gira que pasa yo le veo más feliz, disfrutando más que en la anterior. Sigue clavando la voz del estudio, y con la guitarra se muestra cada vez más seguro, haciendo dúos con el Uoho. Como en la gira anterior, lo vi gozar tocando La ley innata, y se movía bastante hacia Cantera, donde la batería, volviendo a la primera línea de fuego, buscando a Iñaki y Miguel… Se siente muy cómodo con los compañeros que lo arropan, y diría que también querido por los de enfrente. Cuando se despedía, mientras el resto comenzaban la pegadiza melodía de Rockin’ Around The World, de STATUS QUO y herencia de PLATERO Y TÚ, me pareció que mostraba un afecto sincero, y que estuvo incluso más tiempo.

Además, dos músicos de apoyo acompañan al cuarteto oficial de EXTREMODURO, situados uno en cada lateral y elevados sobre el nivel del escenario. Desde 2002, el guitarrista Felix Landa ayuda a ganar empaque y potencia en directo; y  y el teclista Aiert Erkoreka, creando atmósferas y aportando algunos sonidos necesarios de estudio, como los violines en Salir. Si descubrimos los nombres actualizaremos la crónica para reconocerlos como es debido.

Pudimos conocer seguidores que viajaron hasta Zaragoza desde Salamanca, Cataluña o Andalucía (y seguro que de más puntos del país), porque no quería perderse el primer concierto de EXTREMODURO en dos años. Incluso más tiempo, para la mayoría; el tour 2012 sólo pasó en ocho ciudades. No dudo que mereció la pena y regresaron  a sus ciudades con una sonrisa de oreja a oreja. El debut de la gira Para todos los públicos cumplió con las expectativas, y aunque lógicamente aún se tienen que ir rodando poco a poco, el nivel que ofrecieron fue muy alto. Y aún teniendo esto en cuenta, creo que el concierto realmente pudo haber sido mejor, de cátedra, con algún guiño más a sus años más mozos (uno-dos temas) y un mayor impulso al montaje (pantallas y proyecciones) en un escenario tan grande. Quizá les exija demasiado, por otra parte. Con toda seguridad terminará el año en mi Top3, y si surge la ocasión, repetiré sin dudar.

Setlist:

  1. Extraterrestre (en versión instrumental)
  2. Sol de invierno
  3. Entre interiores
  4. La vereda de la puerta de atrás
  5. Pequeño rocanrol endémico
  6. Mi espíritu imperecedero
  7. Locura transitoria
  8. Si te vas…
  9. Dulce introducción al caos
  10. Segundo movimiento: Lo de fuera
  11. Canción inédita
  12. Cuarto movimiento: La realidad

—————- Descanso ————–

  1. Prometeo
  2. Jesucristo García
  3. Poema sobrecogido
  4. Sucede
  5. Autorretrato
  6. Mi voluntad
  7. Standby
  8. Salir
  9. Puta
  10. ¡Qué borde era mi valle!
  11. Ama, ama, ama y ensancha el alma

——- Encore ———

  1. El camino de las utopías

Crónica de Tomás Catalán de El Lado Oscuro de la Luna