Tarde-noche de viernes para la puesta en largo de Iced Earth y su Worldwide Plagues Tour 2014. Si hace unos meses llegaban como aperitivo acompañando a Volbeat, en esta ocasión los de Florida encabezaban el cartel para la presentación de su último trabajo Plagues of Babylon, el segundo disco de estudio con el vocalista Stu Block, que ha vuelto a devolver la esperanza a muchos tras los años algo más sombríos con Tim Owens y el fallido retorno del siempre añorado Matthew Barlow. La madrileña sala Shoko, hoy habitual sustituyendo la malograda Caracol, mostraba una generosa asistencia, caras conocidas como Oscar de Lujuria o el Ex – Muro Silver, y habituales en los conciertos de la capital, deseando todos ser correspondidos en su fidelidad.

Crónica de Manu «Oscuro» Alonso de Metal 4 All

 

 

Los australianos de Melbourne Elm Street fueron los encargados de arrancar la velada. Con un único trabajo de debut bajo el brazo, Barbed Wire Metal de 2011, el joven cuarteto descargó algunos de sus temas cargados de Heavy-Thrash ochentero. Una batería cañera a cargo de Tomislav Perkovic destacó por su pegada que, junto con las guitarras solistas de Aaron Adie, fueron lo mejor del combo. La voz de Ben Batres se quedó algo apagada y sin gancho, a pesar de los esfuerzos del vocalista/guitarrista por levantar al público en una comunicación no muy bien entendida. Temas como “Face the Reaper” o “Merciless Power” consiguieron levantar algunos cuernos con sus riffs clásicos y su guiño a las películas de terror de la década dorada del metal.

Los siguientes en entrar fueron los californianos Warbringer. Con la desafortunada ausencia de uno de sus guitarristas por enfermedad, estos thrashers salieron a escena con una sola viola pero con muchas ganas de anteponerse a cualquier circunstancia. El sonido mejoró un poco en definición, cosa que aprovechó la banda para apretar un poco más las tuercas y dar buena dosis de tralla. A destacar la locura de su vocalista John Kevill, que con gestos y miradas desquiciadas consiguió atraer nuestra atención y poner una nota cuasi-cómica, no desfalleciendo en ningún momento y mostrando una garganta y unos pulmones muy capacitados para el estilo. A destacar temas como “Hunter Seeker”, con John recordándonos que somos espiados por gobiernos y corporaciones a cada instante.

La prueba de Iced Earth ya anticipaba una mejora espectacular de luces y sonido, que a partir de entonces sonaría casi perfecto salvo el micro, que en determinados momentos quedara demasiado bajo. La especial dedicación de los técnicos a comprobar el set de Jon Schaffer nos decía ya quién es la estrella aquí. El escenario quedó ahora despejado, mostrando con todo esplendor un bonito telón de fondo con la ilustración de Plagues of Babylon, así como un par de telones laterales para cubrir los equipos.

Tras sonar a modo de intro los primeros acordes de “Plagues of Babylon”, la banda se posicionó en el escenario con pocos saludos para interpretar el tema, sencillo pero funcional (como los muebles de diseño, hehehe). Con “Democide”, un tema más rápido también de su último disco, comenzamos a escuchar los primeros riffs cabalgados a la guitarra de Schaffer, mostrando su marca de la casa con esa cadencia tan particular que le mete a su Gibson, rapidísima e intachablemente ejecutada tras años de perfeccionamiento.

“Dark Saga” nos transportó por primera vez a los mejores años de la banda (1996), en un setlist compuesto por un gran número de temas nuevos (hasta 7 cortes llegaron a interpretar de Plagues of Babylon, para mi gusto excesivo), y que en lo demás tuvo a The Dark Saga y a Something Wicked This Way Comes como pilares de la actuación. “If I Could See You” dio oportunidad a Stu Block de dirigirnos las primeras palabras, mencionando que este tema fue escrito por Schaffer dedicado a su padre, fallecido entonces.

Tras la balada, vuelta a la velocidad con “Disciples of the Lie” y “Jekyll & Hyde”, en fugaz visita al The Horror Show. Respaldando a Jon y Stu encontramos a una tripleta de mercenarios que quedaron enmascarados en protagonismo. Luke Appleton y Jon Dette, incorporados hace menos de un año a la a banda, encajaron bien en la parte musical pero fueron discretos en su actitud (el bajista quizás más animado), como ausente estuvo por momentos el propio Schaffer. Pero el caso de Troy Seele es aún más flagrante. Miembro desde 2007 e incluso co-escritor de algunos temas, quedó aislado de sus compañeros, en parte por lo baja que quedaba su guitarra sepultada bajo la de Schaffer (imposible escucharla en las rítmicas y más o menos en los punteos y solos), en parte porque ni siquiera le iluminaban los focos (quedando totalmente a oscuras en el 90% de la actuación), y en parte estar totalmente abstraído. Sospecho que este trato está motivado profundamente por el régimen impuesto por Jon Schaffer, que con constantes cambios de formación ha convertido anímicamente a Iced Earth en un proyecto en solitario más que en una banda. Pero, como comentábamos desde abajo, resulta un pelín lamentable ver cada vez a más músicos llegar a tocar como empleados, como si ‘llegasen a la oficina’, hacen sus cosas y pasar al siguiente bolo (esta palabra, cuando es usada por los ‘profesionales’ bien define esta actitud), con unos cientos más en el bolsillo y pagando las facturas.

Stu Block fue el único que, literalmente, sudó la camiseta. Afrontando temas como “Red Baron/Blue Max” de Ripper o los de la era Barlow, se movió constantemente entre la imitación a Matt y los agudos (algunos notables), no obstante llegando en ocasiones a notársele agotado y perder el tono, algo que denota que en realidad no está todo lo cómodo que debería con su papel vocal en Iced Earth. “Peacemaker” fue de lo que más me gustó de Plagues, mientras que “Vengeance is Mine”, “My Own Savior” y “A Question of Heaven” enganchaban a los fans clásicos, y veíamos a Schaffer alternar entre sus Gibson y una curiosa Fender Telecaster.

Para los bises se dejaron “Dystopia”, “Watching Over Me” (que en su día compusiese Schaffer como homenaje a un amigo fallecido en accidente de motociclismo, y que Stu bien dijo que es un ‘fan-favourite’ y nos invitó a cantar y disfrutar) y el obligado “Iced Earth”, en un setlist en que se echaron en falta clásicos obligados como Burning Times, Slave to the Dark o Pure Evil, en total ausencia del Night of the Stormrider.

Como última valoración, diría que Iced Earth hicieron un notable concierto en lo musical (salvo el controvertido asunto de los coros pre-grabados, cantaban tres y sonaban como diez, la ausencia de algunos temas y algún flaqueo de Stu Block), y no tanto en lo anímico, no llegándonos a contagiar todo su veneno por su actitud pasota y poco festiva. Quizás iba con expectativas desmesuradas, pero noté que me faltó algo. Un anuncio final: próxima tarea, Demons & Wizards.

Setlist de Iced Earth:

1. Plagues of Babylon
2. Democide
3. Dark Saga
4. If I Could See You
5. Disciples of the Lie
6. Jekyll & Hyde
7. Among the Living Dead
8. Red Baron/Blue Max
9. Blessed Are You
10. Peacemaker
11. Vengeance Is Mine
12. Cthulhu
13. My Own Savior
14. The End?
15. A Question of Heaven
16. Dystopia
17. Watching Over Me
18. Iced Earth

Crónica de Manu «Oscuro» Alonso de Metal 4 All