Poco más de un año después de su última visita presentando el excelente “Bloodstone & Diamonds”, ahora con un formato distinto, sin banda telonera y un concierto más largo repasando canciones de toda su trayectoria y más de un bien recibido rescate del pasado, los americanos MACHINE HEAD volvían a la Península demostrando que su poder de convocatoria continúa intacto, aunque esta vez no se llegara a colgar el cartel de “no hay entradas” como en 2014.

Vi a una banda en una muy buena forma, como es habitual y, como dije en su concierto anterior, sigo pensando que la inclusión del bajista Jared MacEachern ha sido beneficiosa para el combo, no sólo por sus habilidades a las cuatro cuerdas sino también por su aporte en los coros y segundas voces, lo que les ha hecho ganar enteros en directo. Al que noté algo menos cercano que en otras ocasiones fue al guitarrista Phil Demmel, comunicativo con sus gestos y caras pintorescas hacia el público, pero en ocasiones tuve la sensación de verle forzado y con el piloto automático puesto, sobre todo con sus compañeros. Dave McClain sigue siendo esa apisonadora sónica que, baquetas en mano lleva en volandas al cuarteto y, por supuesto, Robb “The General” Flynn, volvió a ser ese líder, maestro de ceremonias que supo llevar todo el peso de la actuación. Por cierto: no, no hubo ningún tipo de referencia suya hacia la polémica originada días atrás con la última salida de todo de Phil Anselmo.

Comenzaría la descarga precedida del habitual “Diary of a Madman” de Ozzy sonando por los altavoces mientras las luces rojas iban iluminando un escenario lleno del logotipo de la banda por doquier, con un “Imperium” poderoso, con sonido nítido aunque algo bajo en volumen durante los primeros temas. Y sólo un estribillo le costaría poner patas arriba Madrid, iniciando una fiesta que continuaría a grito de “fuck you all” y su ya clásico “Beautiful Mourning”, la genial “Now we Die” (que ya desde que sonaron los violines en su introducción provocó gritos en su rebimiento) y un potente “Bite the Bullet”.

Tonos verdes inundarían el escenario para que Phil arrancara el arpegio de “Locust”, otro de los temas que en los últimos años se ha convertido en santo y seña de la banda. Y tras un “Welcome to an evening with MACHINE HEAD“, llegaría el momento que toda la sala botara al compás de “From this Day”, felizmente recuperada para la gira y un siempre bienvenido “Ten Ton Hammer” que supuso la locura entre las primeras filas.

Con un: “¿Estáis listos para una rápida?” se daría rienda suelta a “The End”, haciendo un pequeño inciso para que Demmel realizara un melódico solo jugando con los controles de volumen de su guitarra. Aparecería de nuevo Robb, guitarra acústica en mano, para darnos un pequeño discurso mientras atacaba los acordes de “Darkness Within”, recordando su visita anterior a Madrid. Todo el tema fue una fiesta, mostrando además la faceta más melódica de MACHINE HEAD y alargando su final mientras toda La Riviera coreaba al son.

Tras un solo de batería llegarían “Buldozer”, “Killers and Kings” (que serviría para separar las filas centrales en dos y desatar el pandemónium y el siempre enérgico “Davidian” que, al grito de “let freedom ring with a shotgun blast” supondría la primera salida del escenario antes de los bises.

No se harían de rogar, volviendo con uno de los temas más suaves de su carrera, “Descend the Shades of Night”. Toda una sorpresa tras la que llegaría el que personalmente es mi tema favorito en la carrera de MACHINE HEAD, “Now I Lay Thee Down”: mágico, portentoso y muy bien recibido, donde sin embargo, no me agradó el gesto de Phil Demmel, haciendo caso omiso al requerimiento de Flynn en la parte armónica del solo, cuando históricamente siempre lo tocaban espalda contra espalda.

Nueva y última retirada escénica, para retomar por todo lo alto con “Aesthetics of Hate”, visitar su último disco hasta la fecha con “Game Over” (aunque honestamente creo que tienen temas mucho mejores incluidos en él), “Old” y terminar, como es habitual en los últimos años, con la alucinante “Halo”, incluyendo una inesperada lluvia de confeti desde los cañones situados al borde del escenario, poniendo punto y final a una velada especial, con una buena representación de lo que ha sido la trayectoria de MACHINE HEAD y demostrando que sólo una banda como esta, con el beneplácito del público, puede permitirse realizar una gira del formato “an evening with”, independientemente del estilo que practique.

Crónica de J. José Jiménez de RafaBasa.com