Ya está a la venta el nuevo disco de AC/DC, Rock or Bust. Tuvimos la oportunidad de escucharlo con anterioridad, y ahora ya lo hemos podido saborear mejor. Recordamos que se trata del primer trabajo en el que no participa Malcom Young, baja en la formación por enfermedad (demencia), quien ha sido sustituido por su sobrino, Stevie Young. Además, Rock or Bust pasa a ocupar la primera posición como álbum más breve de la discografía de los australianos. Con menos de 35 minutos, dura menos que el anterior ‘CD corto’ de la banda, Flick of the Switch (1983).

Crítica de César Muela de RafaBasa.com

 

No se me ocurre mejor manera de arrancar una nueva entrega de AC/DC que con ”Rock or Bust”, segundo single extraído de la placa, y una apuesta segura para no defraudar a nadie. Esto es AC/DC y, como tal, empieza con una sucesión de acordes de guitarra, a la que enseguida se le incorpora el típico ritmo de batería básico y un pequeño lick de guitarra, muy bluesero. Brian nos conduce con su voz al estribillo, efectivo y simple.

“Play Ball”, primer single del álbum, tiene una orientación muy bluesera, con arreglos de guitarra que hacen muy dinámica la escucha. Si el estribillo (“Let’s play ball”) te parece pegadizo, entonces espera al riff de guitarra que viene después. Imposible sacárselo de la cabeza. El breve solo de Angus se intercala con algunos gritos de Brian, que sigue manteniendo su timbre a pesar de sus 67 años.

“Rock the Blues Away” está tocada con mucha clase. El tratamiento de las guitarras es muy suave, no tienen apenas distorsión, algo que, sin duda, le sienta muy bien a un tema con un aire muy optimista. Tiene un estribillo muy ochentero, con coros masivos muy hardrockeros, a lo Kiss, si se me permite la comparación. En ”Miss Adventure” escuchamos a un grupo que sale un poco de su patrón de siempre. Un riff distinto, más moderno y alocado de lo habitual, articula un corte directo que incluye unos coros a lo “Thunderstruck” y que incluso se permite alguna modulación progresiva al final. No me gusta lo enmascarada que suena la voz, que no permite entender bien la letra a veces, aunque no impide que se disfrute la canción igualmente.

Una guitarra con delay, un bombo sobre el que se va construyendo la melodía y una voz profunda que reza ”Dogs Of War” da paso a un tema oscuro que va creciendo poco a poco conforme llega el estribillo, con mucha pegada y que tiene pinta de funcionar muy bien en directo. La guitarra de Angus ruge como nunca en el solo.

“Got Some Rock & Roll Thunder” es de mis favoritas del disco. Es muy animada y los juegos de guitarra te hacen mover la cabeza desde el principio. La dinámica línea de bajo y el estilo con el que canta Brian te harán disfrutar del tema desde el primer segundo. Las palmas acompañan a la caja durante todo el tema, una invitación demasiado tentadora como para no aceptarla. Me gusta mucho la variación del estribillo al final, con un Angus que demuestra que lleva el rock en las venas.

Con un ritmo más lento y machacón comienza ”Hard Times”, en la que Brian canta con voz más grave y gana calidez. En general, me parece de las más flojas del álbum, con unas melodías algo sosas y un estribillo al que le falta algo. Buen trabajo de Angus, no obstante, que interrumpe varias veces a la voz para hacer de las suyas. ”Batpism by Fire” huele a años setenta, a psicodelia. Ese riff de guitarra sin apenas distorsión me recordó mucho al sonido de Stone Temple Pilots. Los arreglos de guitarra y la manera en la que deriva la melodía hasta el estribillo son muy naturales, como si no hubieran costado trabajo unirlos. Me da rabia que la voz no tenga presencia ni potencia en el estribillo, pero está claro que Brian no puede seguir cantando toda la vida igual. ¡Demasiado hace ya!

“Rock The House” tiene un riff de guitarra muy alternativo (pienso aquí en Tom Morello de Rage Against The Machine), pero a la vez una estructura y una esencia de rock clásico. En cuanto acabe sentirás que la llevas escuchando toda la vida. Tiene un estribillo muy pegadizo y un solo de guitarra con un sonido añejo que da gusto escuchar. Brian suena muy peleón, con mucha actitud.

“Sweet Candy” es una clara canción de relleno, pero es que es un relleno de AC/DC, muy difícil de rechazar, aunque escuches una letra en la que un hombre de 67 años le canta de manera sexy a su “dulce caramelo” (una chica, por las dudas).

Me encanta el groove que tiene ”Emission Control”, con una guitarra que cabalga encima del ritmo de batería con mucho estilo. A eso de los 35 segundos pega un cambio brusco pero agradable y enseguida desemboca en un estribillo repetitivo, de esos que sirven para aprenderte bien el nombre de la canción. Los solos de Angus destilan clase en cada cuerda pulsada. Muy buen corte.

AC/DC no decepciona y presenta un puñado de canciones muy cortas, pero a las que no les sobra ni les falta nada. Esencia rockera, unas guitarras muy cálidas y presentes, buenos riffs, estribillos muy pegadizos y una fórmula de éxito que siempre está ahí y sobre la que incluso surgen algunas interesantes experimentaciones. Rock or Bust es uno de los discos de rock del año y AC/DC sigue siendo una leyenda viva de la música. Y esperemos que por mucho tiempo más.

Tracklist:

  1. Rock Or Bust
  2. Play Ball
  3. Rock The Blues Away
  4. Miss Adventure
  5. Dogs Of War
  6. Got Some Rock & Roll Thunder
  7. Hard Times
  8. Baptism By Fire
  9. Rock The House
  10. Sweet Candy
  11. Emission Control

Crítica de César Muela de RafaBasa.com