Esta puede ser la mejor noticia para el sector que hemos escuchado en meses. La Sala Apolo de Barcelona, con aforo para 1.300 personas, va a programar un concierto piloto para más de 1.000 asistentes a los que previamente se les hará un test de antígenos para detectar la COVID-19. También se les hará un seguimiento en los días posteriores que servirá para controlar los posibles contagios y para calibrar la eficiencia de este tipo de test.

Aún se desconoce la fecha cuando este millar de personas tendrán la suerte (al menos muchos de ellos) de asistir a un concierto como los de antes, o casi, porque aunque no será necesario mantener la distancia de seguridad, sí será obligatorio el uso de mascarilla y gel hidroalcohólico.

El experimento, avalado por el hospital de Can Ruti y el festival Primavera Sound, aún no tiene fecha concreta ni cartel, solo ha trascendido que será en este mes de octubre. Esperamos que los test de antígenos demuestren efectividad y este experimento de la sala Apolo de Barcelona abra la puerta a eventos seguros de todo tipo —el deporte también podría salir beneficiado— en la época COVID.