Dark Tranquillity - Atoma
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Ya nada es lo mismo para el ‘death metal’ melódico… Y es que desde que el género comenzó a florecer y a madurar en Suecia en los primeros años de la década de los 90’s, ya ninguna de las bandas que entonces hicieron grande al género es la misma que entonces, habiendo cada una tomado una senda distinta y distanciándose mucho la gran mayoría de sus inicios, para desgracia de muchos. Todo evoluciona, está claro, pero si hay una banda que ha sabido hacerlo respetándose a sí misma y a sus fans de siempre esa es DARK TRANQUILLITY, quienes este 4 de Noviembre editan su esperado undécimo trabajo de estudio, un disco que viene precedido de varias grandes obras con las que la formación de Gothenburg ha ido puliendo un sonido que ya de por sí era personal, adaptándolo a las nuevas inquietudes musicales de Michael Stanne, Niklas Sundin y compañía. El grupo no se duerme ni se acomoda, y en su constante empeño por no repetirse nos ofrecen un “Atoma” con el que la banda ha puesto toda su maquinaria creativa a funcionar, en un disco que supone un desafío para el oyente y también algo así como una recompensa por tantos años de fidelidad. Así, viejo y nuevo se dan la mano en un trabajo que, antes de exponer los porqués, ya aviso que va a gustar y mucho a su gran mayoría de base de fans, porque ante todo, es un trabajo espectacular de principio a fin.

Grabado en los Rogue Music, propiedad de Martin Brändstrom, teclista del grupo, “Atoma” aúna todos los requisitos para ser catalogada como una producción perfecta, equilibrada y que transmite en cada momento lo que de verdad quiere transmitirnos. Así nos llega la mezcla de David Castillo (KATATONIA, OPETH, CANDLEMASS), como un trabajo meticuloso y que rebosa buen gusto en cada detalle, en cada recoveco, en cada arreglo. El propio material del disco así lo exige, por lo que se puede garantizar que la ejecución y el tratamiento del sonido no le han hecho sino justicia a un material altamente variado, reminiscente de los DARK TRANQUILLITY más clásicos, pero también de los que hemos podido disfrutar en sus últimos trabajos, especialmente desde “We Are The Void” en adelante. Para ello además el grupo ha contado por primera vez en el estudio con Anders Iwers al bajo como miembro permanente del grupo, quien sustituye a Daniel Antonsson, que dejase el grupo en 2015 después de 7 años en la banda. Y sí, es el hermano mayor de Peter (IN FLAMES). Mención especial también para la colorida portada de Niklas Sundin (como de costumbre), un concepto bastante distinto al de las portadas anteriores, aunque bien es cierto que las portadas de DT tampoco es que hayan tenido mucho que ver las unas con las otras.

“Atoma” captura de forma esencial el momento creativo de DARK TRANQUILLITY, como un momento en el que la banda quiere mirar hacia adelante sin dejar de mirar atrás. Su música recuerda a ellos de un modo atemporal, y es porque en la amalgama de melodías que nos han preparado nos transportan a trabajos como “Damage Done” o “Projector”, principalmente a este primero, aunque después cada corte tenga su propia identidad, tempo, etc. Resulta muy gratificante para los que hemos seguido paso a paso su trayectoria redescubrir a DT en todos y cada uno de los temas que componen este disco, y comprobar que tanto los que suenan más clásicos como los que están hechos con una intención más experimental son ellos al 100%, algo muy meritorio y que han logrado de forma magistral. Los ‘growls’ de Mikael, lejos de ser el inconveniente que con los años les va lastrando en directo, en estudio ha quedado como si hubiese sido enlatada en 1992, mientras que en limpio transmite y cobra una fuerza que sólo mejora los temas a los que acompaña. Obviamente, el trabajo de posproducción aquí ha sido grande, ya que quienes hemos visto recientemente al grupo hemos podido confirmar que Mikael ha perdido chorro con respecto a los últimos años.

El disco arranca con “Encircled”, un monolito al ‘melodeath’ más rápido y clasificable, más DARK TRANQUILLITY que nunca, para dejarnos tiesos de un plumazo con ‘riffs’ destripadores y unas letras que ponen los pelos de punta. Esos DT a mil revoluciones, con ese regusto a los “viejos tiempos”, tienen continuidad en temas como “Atoma”, de nuevo con letras muy directas y que calan, o “When The World Screams”, un tema que, nuevamente, no mo deja de recordar al “Damage Done”. En la variedad está el gusto, algo de lo que la banda sueca sabe un rato y demuestra en temas muy ricos estilísticamente hablando pero igualmente efectivos como “The Pitiless”, “Force Of Hand” y  “Faithless By Default”, single en potencia y marca de la casa. Y hablando de singles, no me extrañarñia nada que de este trabajo salieran 4 o 5, como ya ha pasado con otros trabajos del grupo.

Hasta los dos temas extra merecen la pena, comenzando de un modo muy íntimo con “The Absolute” a modo de intro que no lo es, con un Mikael jugando con las limpias y una banda dibujando melodías a base de ‘samplers’ un poco en plan ‘goth’/ ‘electro’/ ‘dark’, y siguiendo con “Time Out Of Place” un muy buen tema que aunque no haya entrado finalmente en el tracklist final no se podía quedar fuera de “Atoma”.

Al final la sensación que queda después de 12 cortes y 50 minutos es la de lleno completo, la de satisfacción y la de haberse reencontrado con la mejor faceta actual de una banda que todavía está muy lejos de plegarse o dejar paso. Un trabajo que no les hace palidecer ante sus clásicos y que les sitúa como una de las pocas referencias clásicas del género todavía fiabes para el que simplemente quiera disfrutar de un buen trabajo de buen ‘death metal’ melódico.

Tracklist:

  1. Encircled
  2. Atoma
  3. Forward Momentum
  4. Neutrality
  5. Force Of Hand
  6. Faithless By Default
  7. The Pitiless
  8. Our Proof Of Life
  9. Clearing Skies
  10. When The World Screams
  11. Merciless Fate
  12. Caves And Embers

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Crítica de Jorge del Amo Mazarío de Rafa Basa