La banda estadounidense de stoner rock Clutch acaba de finalizar la grabación de su nuevo álbum en los estudios Sputnik Sound de Nashville con el productor Vance Powell, que ha trabajado antes con bandas como The White Stripes o Red Fang. Este flamante trabajo lleva por nombre ‘Book Of Bad Decisions‘ y la banda planea que vea la luz en septiembre de este año.

La banda se encuentra tocando este fin de semana en el festival Las Rageous de Las Vegas, donde comparte cartel con bandas como A Perfect Circle, Five Finger Death Punch o Judas Priest. Durante el evento, el frontman de la banda, Neil Fallon, fue entrevistado y habló sobre los temas que abarca este nuevo disco:

“Este álbum recoge muchos… Bueno, quizás no muchos, pero por ejemplo, cuando miro hacia atrás, a cosas que me han pasado en mi vida o en la historia de Clutch, las he tomado y las he exagerado para favorecer las historias. Siempre he sido cauteloso con eso, porque en realidad no me gusta mucho la nostalgia. Pero también me doy cuenta de que después de 25 años hay todo un catálogo de experiencias que puedo usar. A veces, estar inspirado puede ser complicado. Escuchas una canción y piensas sobre qué puede ir, a veces llega como caída del cielo y otras veces no. Así que esos recuerdos parecen un buen sitio de donde sacar la inspiración“.

El trabajo con el productor e ingeniero Vance Powell también ha sido muy importante para el sonido del disco:

“Estuvimos con él solo tres semanas y conseguimos sacar 15 canciones. Está hecho, listo para empaquetar. Fue una gozada trabajar con él, el disco suena de maravilla y estamos muy contentos con el resultado. Vance es uno de los nuestros, tiene un trasfondo lleno de música en directo. Giró con Tanya Tucker. Estaba muy metido en la música country al principio y luego se fue pasando al rock and roll. Entiende los parámetros de la música en vivo. No fue a ninguna escuela pija de sonido y luego directamente a los estudios de grabación. Se trabajó su carrera y esa es una educación que no se puede comprar. Fallon nos dijo que grabar en directo era mucho más fácil que grabar las pistas de cada instrumento por separado. Al hacerlo todos juntos, tenemos una especie de guiños entre nosotros, conexiones especiales que no funcionan de otra manera. Todo suena artificial, demasiado perfecto, no es divertido. Fue muy fácil grabar con Powell. Al principio volvía a casa cada día preocupado de no haber avanzado mucho, pero de repente, según nos acercábamos al final me daba cuenta que habíamos grabado un disco. No sufrimos en ningún momento. Tiene una actitud muy relajada cuando graba las voces y las va mezclando poco a poco, por lo que empiezan a sonar cada vez mejor. Le gusta tomarse pausas frecuentes para organizar barbacoas, lo que no ayuda demasiado a la hora de cantar después, pero bueno, cada uno elige sus batallas“.