Nos presentamos ante una jornada de metal en la que tres grandes nombres se unen en un line-up perfecto, con tres bandas de un género similar, pero cada uno con sus peculiaridades. Encabezando el cartel llegan por primera vez a sala POWERWOLF, que a pesar de llevar más de diez años, se encuentran en el punto álgido de su carrera, solo hay que ver sus actuaciones en grandes festivales internacionales y de este país para darse cuenta del tirón tan grande que tienen ya. Por otro lado, recibimos de nuevo a los fineses BATTLE BEAST, quienes consiguieron grandes entradas encabezando cartel en su anterior gira por nuestro país, y a los austriacos SERENITY.

Este trío se dio cita en una sala La Riviera con muchas ganas de fiesta, con un gran ambiente desde la apertura de puertas. Los primeros en aparecer serían SERENITY, quienes desarrollan un metal sinfónico de calidad y quienes nos vienen a presentar su nuevo LP “Codex Atlanticus”. Para ello, arrancaron con su nuevo “Follow You” y esa intro de piano en la que desde el primer momento, la voz de Georg aparece y nos recuerda por momentos a Tony Kakko (SONATA ARCTICA). Continuaban con más temas nuevos como la veloz y agresiva “Sprouts of Terror” que empezaba a caldear la tarde/noche. Para cerrar una gran actuación, no podía faltar un hit como “Velatum”, o “Spirit In The Flesh”, despidiéndose así tras un show corto pero muy acertado. Lo breve si bueno, dos veces bueno.

Recibimos ya a los fineses BATTLE BEAST en escena, con la poderosa Noora Louhimo al frente, quien ha demostrado en las últimas visitas que su adaptación a la banda fue rápida y muy efectiva, llevando a su grupo a un momento más que dulce. La banda se mueve para los que no los conozcan aún entre el heavy y power metal, con una propuesta que no deja indiferente desde su primer corte de la noche, “Let It Roar”, melódica y potente a partes iguales. Continuaban con “I Want the World… And Everything In It”, con un tempo más reposado pero en la que Noora rompe su voz y nos hace disfrutar de lo lindo, encumbrando un estribillo de lo más efectivo.

La fiesta seguía con temas tan festivos, potentes y brillantes como “Out On The Streets” y su estribillo pegadizo, “Touch In The Night” con ese sonido tan particular, o una maravilla como es “Black Ninja” con la señorita Louhimo demostrando ser una de las vocalistas más en forma del panorama actual, acompañada con unas melodías orientales excelentes a cargo de guitarras y teclados. El final lo marcaban canciones más clásicas de su primera etapa como “Iron Hand” o “Enter The Metal World”, para cerrar a la perfección con la festiva “Out Of Control”, dejándonos con hambre de más, y es que da igual las veces que veamos sus shows, siempre queremos más.

Llegaba el momento de recibir por primera vez en nuestras salas a POWERWOLF, en este caso La Riviera sería la encargada de acoger la visita de los germanos. La banda está formada por Attila Dorn a la voz, Charles Greywolf y Markus Pohl a las guitarras (este último sustituyendo a Matthew Greywolf en la gira), Falk Maria Schlegel al órgano y Roel van Helden a la batería. Todo estaba listo ya para su aparición a ritmo de “Blessed & Possessed”, la cual muestra a la perfección lo que es Powerwolf, melodía apoyada en ese órgano eclesiástico y un ritmo vertiginoso. “Coleus Sanctus” es pegadiza y arranca las primeras palmas en las estrofas, mientras “Amen & Attack” nos devuelve su versión más potente y efectiva, todo un pelotazo en directo como “Sacred & Wild”, subiendo ambas aún más el listón de la noche.

Llegamos a “Army of the Night”, el single del último disco y ya todo un hit como se puede comprobar en vivo, con la banda siempre haciendo partícipe al público de cada una de sus canciones, estrechando un fuerte lazo con el respetable que no se rompe en toda la actuación. “Resurrection by Erection” es uno de los grandes éxitos de la banda, desatando la locura en ese estribillo tan vibrante, mientras “Armata Strigoi” nos envuelve desde un inicio que nos recuerda por momentos a sus compatriotas Accept con esas grandes melodías de guitarras entrelazándose y dando un resultado excelente, fue otro de los temas nuevos más celebrados. Velocidad de nuevo y pleno doble bombo para “Dead Until Dark”, en la que volvíamos a ver a un Attila al que no le encontrábamos vocalmente tan perfecto como en anteriores ocasiones, aun así la fiesta estaba de nuevo montada en la pista.

“Let There Be Night” es solemne y tiene pinta de convertirse en todo un himno, y es que a pesar de ser nueva, la gente no paraba de corearla a una voz. Attila y Falk Maria nos proponían un juego de a ver quién gritaba más fuerte, cada uno de ellos encomendándose a una mitad de la sala, tras lo que llegaba el momento del “uh, ah!” con “Werewolves of Armenia” con la inestimable ayuda del público en todo momento. “Saturday Satan” seguía adelante con un show maravilloso, en el que las dos hachas no paraban de correr de un lado al otro del escenario, turnándose el lado constantemente, dando paso a la vertiginosa “In the Name of God (Deus Vult)”.

Nos acercamos al final con todo el público madrileño saltando puño en alto al ritmo de “We Drink Your Blood”, uno de sus grandes hits para dejarnos con “Lupus Dei”, siempre perfecta para cerrar sus actuaciones, aunque en esta ocasión solo cerraría aún con los bises por delante. Entre gritos de “powerwolf, powerwolf” volvían a salir a escena los lobos para tres canciones más.

“Sanctified With Dynamite” es la primera de ellas, con esa galopada de guitarras tan característica de la banda que nos vuelve a llevar a un estribillo mágico en el que ya nos ardía la garganta de cantar cada letra. Volvemos a un tempo lento pero muy acertado con “Kreuzfeuer”, de nuevo esa solemnidad propia de los alemanes, acompañado por fuego en la parte media del escenario (al ser en nuestro país no es posible usar toda la pirotecnia prevista), es toda una oración acompañada por palmas, una pieza más que emotiva. Para cerrar no podía faltar “All We Need Is Blood” corroborando un fantástico concierto de los lobos alemanes, que nos hicieron gozar de un sonido nítido y limpio, de una escenografía simplemente alucinante en sala también, y eso sí, de un Attila que no estuvo tan fino como en otras ocasiones.

Aun así, es imposible poner un pero general a esta noche, cargada de buen rollo, fiesta y un sonido que acompañó toda la noche, regalando a los asistentes una de las mejores veladas musicales de lo que va de año. Unos SERENITY muy acertados, con BATTLE BEAST sobresalientes y POWERWOLF cumpliendo y superando las expectativas de todos aquellos que no habían podido disfrutar hasta la fecha de esta banda en vivo.

Crónica de Óscar Gil Escobar de RafaBasa.com