Tiene que ser muy complicado encarar tu próximo trabajo después de haber compuesto la obra cumbre de tu carrera. Y es que si bien el anterior disco de SIRENIA, “Perils of the Deep Blue”, fue maravilloso y personalmente su mejor disco hasta la fecha, me imagino que la tarea de Morten Veland a la hora de buscar cómo superarse no tuvo que ser nada fácil.

Crítica de J. José Jiménez de RafaBasa.com

 

¿Cuál ha sido el resultado? Pues un “The Seventh Life Path” complicado, muy complicado de escuchar. De hecho hacía mucho tiempo que no necesitaba darle tantas vueltas a un Cd ya no sólo para analizarlo, sino para comenzar a hacerme una idea sobre qué  nos quiere transmitir la banda en él. No estamos ante un mal disco (ese adjetivo lo reservo para “The Enigma of Life”) pero sí ante uno complicado de digerir.

Y eso que, en cierto modo, lo que Veland nos propone es cierta vuelta a sus orígenes, a los dos primeros álbumes, afirmación que hago por lo crudo del sonido y la mayor presencia de partes guturales. Todo ello mezclado con el estilo más sinfónico de “Perils of the Deep Blue”, pero dejando la orquesta más en segundo plano, dando mayor presencia a las guitarras y al bajo. La mayor pega que le encuentro es lo alta que está la batería secuenciada (ellos son de las pocas bandas que honestamente reconocen que hay dos SIRENIA: la parte de estudio conformada por Morten y Ailyn y la de directo a la que se unen el resto de músicos), lo cual da sensación de en ocasiones  estar escuchando más una demo que la versión oficial y definitiva.

No quiero pasar por alto la increíble portada que el artista húngaro Gyula Havancsák ha creado. Por lo que a mí respecta, la más espectacular en la carrera de los noruegos con vocalista española. Muy revelador y a la vez místico que en el título de un disco que habla del camino a la vida aparezcan tanto ésa (representada por la muchacha de blanco) como la Parca con su sempiterna guadaña. Una pasada de dibujo que incentiva la adquisición del formato vinilo, sin duda.

Tras los dos minutos de introducción instrumental y coral de nombre “Seti”, tenemos “Serpent”, que se abre con una desconcertantemente retorcida voz femenina, desembocando en una canción 100% SIRENIA pero a la que le achaco cierta falta de punch para abrir un disco, aunque me deja la sensación de haberme retraído a “An Elixir for Existence” en algunos momentos. El single “Once my Light” es decididamente valiente en cuanto a la decisión tomada para representar al disco, jugando con ritmos, ambientes y llevando Ailyn el peso principal de la canción, la cual no es de las que a primera escucha pueda enganchar, bajo mi punto de vista. Aunque también es cierto que en este disco no hay un tema que cumpla con esas características. “Elixir” vuelve a ser una nueva incursión en el terreno del gótico, mezclando metal y pop con voces limpias masculinas como ya hicieran en “Ditt endelikt” de su disco anterior. Y si bien entonces el resultado ya fue bastante discutido, creo que ahora darán aún más que hablar.

La verdad que no nos lo han puesto nada fácil en el comienzo, pero -¡ahora sí!- llegamos a uno de los momentos cumbres, un “Sons of the North” alucinante que de primeras bien podría pasar como un tema de death metal hasta que la orquesta y una espectacular Ailyn hacen acto de presencia. Ocho minutos y medio donde nos encontramos algunos de los pasajes más extremos de la banda desde sus inicios. Continúan las buenas sensaciones con “Earendel” donde las melodías de guitarra ya nos hacen adivinar que hay un gran tema detrás, corroborándolo esa voz gutural junto a las orquestaciones, un brutal estribillo cambiando el compás por un ¾ y un precioso vals en su parte intermedia. “Concealed Disdain” da más importancia a la orquesta (aunque sin subirla tanto en la mezcla como en discos anteriores) ofreciéndonos un tema más sinfónico y enrevesado compositivamente, escenario ideal para que Ailyn muestre sus capacidades líricas.

Una vez más vuelvo al pasado de la banda, con “Insania” y su comienzo marcado por el riff de las guitarras sobre el que las guturales emulan esa misma figura. Es otra mezcla entre el pasado y lo nuevo, al igual que “Contemptuous Quitus”, muy enrevesado y con multitud de pasajes, bastante bien hilados pero a los que cuesta irles sacando el jugo, algo que se consigue tras las escuchas. “The Silver Eye” nos devuelve a la faceta más extrema de SIRENIA (de hecho, ya sólo por su comienzo, bien podría ser el tema más extremo de su discografía), llegando a la balada final, una preciosa “Tragedienne” con la que cumplen la tradición de cerrar con un tema lento con Ailyn bordándolo; y no os perdáis el grito que hace casi al final, llegando a cotas altísimas y poniendo el vello de punta.

En resumen, séptimo disco (en una banda cuya importancia a la numerología es vital desde sus comienzos, y esta cifra en particular) y, parafraseando a su título, séptimo camino, aunque esta vez muy tortuoso, casi zigzagueante diría yo para que sus seguidores puedan asimilarlo como es debido. “The Seventh Life Path” es un disco para los que sean muy fans y, ni mucho menos, apto para darle una escucha rápida e intentar sacar una conclusión sólida con ella. La mía es que estamos ante un disco que tiene dos partes diferenciadas: la de las primeras canciones, algo irregular, y otra que va desde “Sons of the North” en adelante que con las escuchas me ha parecido bastante superior e inspirada. Si no se hubieran tomado las decisiones que arriba decía en cuanto a la mezcla del sonido, creo que el conjunto hubiera mejorado en mucho.

Tracklist:

  1. Seti
  2. Serpent
  3. Once My Light
  4. Elixir
  5. Sons Of The North
  6. Earendel
  7. Concealed Disdain
  8. Insania
  9. Contemptuous Quitus
  10. The Silver Eye
  11. Tragedienne
  12. Tragica (Tragedienne Spanish Version – tema extra)

Crítica de J. José Jiménez de RafaBasa.com