VIERNES 1 DE AGOSTO

 

TEKSUO

El viernes a las 13.30 era el turno de TEKSUO, otra banda que lleva tiempo sonando fuerte dentro del panorama ‘metalcore’ nacional y que por lo temprano de la hora no tuvo todo el apoyo que merecieron. Por cierto, que desde el primer día la carpa del Ritual Stage estuvo hasta arriba prácticamente en todos los conciertos, sin que tampoco el agobio fuera excesivo.

TEKSUO por su parte hicieron un concierto tremendo para despertarnos a todos de una dura primera jornada. Especialmente activo vimos a Diego, quien llevó el peso de la actuación mientras la banda repartía buenas melodías y ritmos ensordecedores.

No en vano, fueron unos de los ganadores del concurso de bandas de este año, y demostraron con algo más de media carpa a esas horas que perfectamente podrían haber tenido hueco sin necesidad de concursar.

 

ANAL HARD

La jornada del viernes empezaba para mí con estos barceloneses, de Masnou concretamente, de los que apenas había escuchado su último EP A Pelo por el Mundo, y la verdad es que me sorprendieron gratamente. Todo lo que había leído sobre ellos apuntaba en esa dirección, y muchos la consideran como una de las bandas de Hardcore, o Defekohardcore (como ellos se describen), con más proyección de la península.

Montaron una buena fiesta y además cantan en español, algo digno de mención ya que muchas bandas españolas son reacias a hacer en la actualidad. Sus letras tratan sobre diversos temas pero siempre enfocadas desde un punto de vista cachondo y buenrrollista, haciendo de sus conciertos un espectáculo divertido y animado.

Algunas de las canciones que tocaron en el pasado viernes fueron: A Pelo por el Mundo, Reforma Laboral, Sin Identidad, todas ellas del mecionado EP; y otras como Jornadas Psicotrópicas, 96º o 3ª-4º con la que cerraron.

 

VORTICE

Sin duda con su último trabajo los catalanes VORTICE han alcanzado su plena madurez, facturando su mejor plástico hasta la fecha. Aunque en sus dos anteriores entregas “Human  Engine” y “Zombie” la banda ya apuntaba maneras, ha sido con la incorporación del vocalista Álex Misas y el guitarrista y teclista Florian Schartner cuando el quinteto ha explotado definitivamente, llevando su personal propuesta a un nivel superior.

A pesar de que su actuación estaba programada para una hora muy temprana, las 14:10 horas, una buena representación de amigos, seguidores y algunos curiosos se dieron cita para seguir las evoluciones del quinteto sobre las tablas  y contemplar su abrumadora propuesta.

Muy motivados y con el cuchillo entre los dientes el desembarco del combo barcelonés en tierras gallegas  fue toda  una explosión de técnica, rabia y visceralidad, dejando atónitos e impresionados a quienes todavía no les conocían, y consiguiendo sacar de su ensoñación a los más somnolientos, sometiéndoles sin piedad a una buena sesión de ese metal experimental repleto de técnica y elementos incorporados de otros estilos como el djent o el math.

 

WORMED

Ya lo dice la sabiduría popular: «Nadie es profeta en su tierra». Desgraciadamente en este país acostumbramos a ensalzar todo lo que nos viene de fuera, dejando relegado a un segundo plano, cuando no al ostracismo, lo propio. Mientras que en medio mundo los madrileños WORMED son considerados un nombre de referencia dentro de la escena extrema,- tal y  como atestiguan sus repetidas participaciones en festivales internacionales-, dentro de nuestras fronteras no pasan de ser una referencia muy destacada para  eruditos y amantes de la escena más “underground”. Ante tales perspectivas esta oportunidad se presentaba como una excelente ocasión para que WORMED llamaran  la atención de los que todavía no les conocían,  consiguiendo así   hacerse con un buen botín en forma de nuevos adeptos a su causa.

Como siempre que he tenido la ocasión de ver a la banda, los madrileños sonaron brutales, técnicos e incisivos, provocando la respuesta enfervorizada del público, ya fuera moviendo la cabeza desenfrenadamente o  en forma de rotundos y violentos «circle-pits». Avalados por la calidad de su última referencia «Exodromos», el quinteto  salió  a escena muy motivado, dispuesto  a volarnos la cabeza con esos trallazos rotundos y viscerales, repletos  de técnica y salpicados de  letras de inspiración futurista y de ciencia ficción. Sin duda para los que no conocían su propuesta su show fue cuanto menos impactante, gracias en gran medida a la tenacidad corrosiva de temas como «Spacetime Ekleipsis Vorticity», o esa descomunal bomba de relojería que es la subversiva «Nucleon».

Aunque la formación demostró una confianza plena en el material de «Exodromos», no quisieron dejarse en el tintero algún pequeño guiño a su pasado, descargando  para la ocasión «Tunnel Of Ions», rescatado de su segundo trabajo  «Planisphaerium». Mientras que la encargada de adentrarnos en la recta final de su brutal actuación fue la novedosa «Tautochrome».

 

ANGELUS APATRIDA

Con el tiempo justo para cambiar de escenario tras la actuación de WORMED en el Ritual Stage, nos dirigimos hacia el que sería nuestro primero concierto del día en el escenario principal, donde andaban ya probando sonido los ya consagrados en nuestro (y el suyo) país. Los manchegos llevan ya casi 15 años dando vueltas por España y Europa mostrándonos ese thrash metal marca de la casa que tan bien llegan a interpretar.

Y ahora, después de pasar los primeros meses del año girando por Japón, y los siguientes restantes grabando el que será su próximo disco en los Ultrasound Studios de Moita (Portugal), no han querido perderse esta gran cita que supone el festival lucense, del que además, son fans confesos.

De hecho, estuvieron disfrutando de los conciertos del día anterior como cualquiera de los allí presentes. Cabe destacar la presencia, aunque sentado en una banqueta, de David Álvarez, guitarrista de la banda recientemente operado para quien subirse a los escenarios está siendo parte indiscutible de su rehabilitación.

Nada más salir al escenario, el gran número de seguidores que atesoran les recibieron los cuernos en alto y la voz en el cielo. La juerga empezó con Violent Dawn, donde desde el minuto uno fueron habituales los circle pits y headbangs por la mayoría de los asistentes, que fueron creciendo en número y entrega durante la escasa media hora de la que dispusieron los albaceteños.

Después sonó Of Men And Tyrants, donde me percate de que solo un tío como Victor Valera puede hacer parecer pequeña una batería Pearl como la suya tan pequeña, tanto por su voluptuoso tamaño, como por la velocidad con la que sus baquetas la recorren de un lado para otro.

A continuación Guillermo presenta a la banda y confiesa una resaca general que no les impedirá rendir a un altísimo nivel en durante todo el concierto. De esta manera se fueron sucediendo Vomitive, Give Them War y You Are Next, hasta llegar al final del concierto con Blast Off y Legally Brainwashed.

 

LOOKING FOR AN ANSWER

Los LFAA dieron el bolo más salvaje de cuantas bandas nacionales de metal extremo pisaron el Resurrection este año, y junto quizás con SUFFOCATION el concierto más extremo del festival. Un Ritual Stage hasta los topes (y no eran ni las 17h) fue testigo de lo bien que se ha acoplado Santi (ex- NASHGUL) a su nueva banda, con ya que ya había hecho alguna aparición puntual hace unos años, y de cómo las montan esta gente en directo también con un público masivo, que no paró de liarla en el ‘pit’ ni un maldito segundo.

Sonaron temas creo que de todos sus discos, incluídos 2 de “Kraken”, el nuevo EP del grupo que se puso a la venta en el mismo Resu, incluyendo una versión muy apropiada de MINOR THREAT como es el “Seeing Red”, que terminó de calentar la cosa.

Abrieron partiendo cuellos con “Extinción”, y mientras con un sonido abrasador Santi se retorcía sobre el escenario iban cayendo pepinazos como “Campo de Exterminio”, “Estandarte de Huesos”, “Mártir Matarife” o “Cada Nacimiento es una Tragedia” sin que la peña diese crédito de lo que allí estaba sucediendo. Un recital de ‘grindcore’ ‘oldschool’ sin complejos. No hubo supervivientes…

 

BORN FROM PAIN

Los veteranos BORN FROM PAIN son considerados como uno de los máximos exponentes de ese hardcore rápido, directo e impregnado en sus letras de un incisivo y contestatario mensaje político-social. Aunque el quinteto está más habituado a descargar sus composiciones en pequeños y sudorosos clubs, lo cierto es que el Chaos Stage no se les quedó para nada grande y consiguieron montar una buena fiesta durante su escueta actuación.

Dada la trayectoria y la reputación de los holandeses fueron muchos los que se acercaron al Chaos Stage para tributar una calurosa bienvenida a BORN FROM PAIN. Con muchas ganas y una actitud reivindicativa y rebelde,  el quinteto supo conectar rápidamente con una audiencia muy predispuesta al mosh  y a dar saltos incansablemente a la vez que alzaba sus puños para corear junto a Rob Franssen los estribillos de trallazos tan letales como directos de » Sons Of A Dying World» o «Behind The Enemy Lines».

Como si de una metralleta se tratara los holandeses no nos ofrecieron ni un segundo tregua, escupiendo de forma incisiva todas sus reivindicaciones, mezclando sin ninguna clase de pudor los riffs metálicos de «Black Dog», con la hiriente rabia hardcore  de «The New Hate», que se convertiría en la excusa perfecta para que Franssen nos pusiera a todos a gritar el título del tema. Como no podía ser de otra forma, los holandeses se guardaron para despedir su actuación un último as en la manga, en forma de un letal «When We were Kings», que nuevamente volvía a poner a los allí presentes a saltar convirtiendo el show en un auténtico desmadre.

 

VILDHJARTA

VILDHJARTA eran una banda bastante única en el cartel, una de las pocas salidas de toda esa prole incesante de “hijos de MESHUGGAH” que hoy día llamamos ‘djent’ o derivados, y tengo que reconocer que si bien no dieron un mal concierto, esperaba algo más de esta colosal banda sueca. Es tópico que los escandinavos son gente fría, pausada e introspectiva, pero en el caso de esta gente la verdad es que me pareció demasiado.

Ellos fueron desgranando su set casi como músicos de sesión con la excepción de uno de sus dos vocalistas, y por lo demás la cosa sonó contundente, aunque se echó en falta el bajo, y poco más.

Abrieron con “Introduction: Staos”, siguiendo con “Shadow” y dejaron caer temas como “Dagger”, “Benblåst” o “Eternal Golden Monk” valiéndose sobre todo de su único LP editado, “Måsstaden”, y sin que la gente llegase a participar demasiado en ningún momento de lo que pasaba en el escenario, aunque eso sí, siempre absortos con la maestría instrumental de estos genios.

 

SKELETONWITCH

Apenas 15 minutos antes de las ocho de la tarde salieron al escenario los americanos SKELETONWITCH, una banda de black/thrash metal con una importante presencia y disposición para los directos que pasaban por Viviero como parte de una gira europea conjunta con HAVOL y SUFFOCATION, ambos también presentes en el festival.

En general fue un concierto muy sobresaliente, aunque quizá con respecto al sonido esto no fue la norma durante todo el concierto: en las primeras canciones (I Am Of Death, Cloudless Sky y Burned From Bone) el conjunto sonaba un poco sobresaturado, aunque se logró solucionar antes del par This Horrifying Force y Crushed Beyond Dust; un problema más persistente fue la falta de definición, de nitidez, en algunos de los solos de Scunty D., así como algo de volumen a la voz desgarradora de Chance Garnette, muy tapada por el resto de los instrumentos. El cantante, no dejó de moverse por el escenario en todo el concierto, subiendo incluso a las torres de sonido del Ritual Stage; y logró obtener una gran empatía por parte del público, llegando a brindar con todos nosotros.

Entre estruendosas guitarras y carreras de bombo sonaron Beneheath Dead Leaves, Serpents Unleashed y Stad, Figth & Die, llegando así a Beyond The Permafrost con la que algunas personas se dejaron arrastrar de mano en mano. Para el final del concierto, probablemente fuera uno de los conciertos que más gente reunió en dicho escenario, sobrepasando con creces las dimensiones de la carpa. Después de Unending Everliving el público se volcó con la banda para cantar los tres últimos cortes (Repulsive Salvation, Of Ash & Torment y Within My Blood) del que, a pesar de los problemas de sonido, los de Ohio lograron convertir en uno de los mejores conciertos del Ritual Stage.

 

SUFFOCATION

Aunque a priori podría parecer que los maestros del brutal death SUFFOCATION tenían una ardua tarea tras la fantástica actuación de SKELETONWITCH, lo cierto es que los neoyorquinos salieron a escena con la lección bien aprendida y con las ideas bien claras sobre lo que había que hacer para triunfar y convencer a sus adeptos.

Un cuarto de siglo,- dejando parones de inactividad al margen-,  es el tiempo que la banda lleva sobre los escenarios, y esa experiencia se nota, y mucho, a la hora de encarar cada una de sus actuaciones. Pese a que el material de su segunda etapa es francamente reseñable, lo cierto es que los americanos han sabido aceptar y asumir que la base de su propuesta está en sus primeros tres álbumes, así que conscientes de lo que su público demanda de ellos no tuvieron ningún tipo  de problema  en centrar su repertorio en su material más clásico, destripando para la ocasión piezas tan hirientes y corrosivas como “Catatonia” o la despiadadamente diabólica “Effigy Of The Forgotten”.

Aunque sobre las tablas el motor de la banda sigue siendo el vocalista Frank Mullen, me gustó mucho la puesta en escena y la forma de atacar su instrumento del bajista Derek Boyer, quien ofreció un auténtico recital. En cuanto a la labor de ambos guitarristas, destacaría especialmente la aportación de Terrance Hobbs quien se mostró especialmente inspirado a la hora de atacar los intrincados desarrollos de temas como “Breeding The Spawn” o “Liege Of Inveracity”. Aunque tal y como comentaba al principio, el repertorio de la formación americana se basó en los temas clásicos de sus primeros trabajos, no faltaron algunas concesiones al material incluido en su última referencia “Pinnacle Of Bedlam”, del que nos ofrecieron la incontestable “As Grace Descends”, con la voz de Mullen sonando más cortante y agresiva que nunca, “Purgatorial Punishment”, con esos ritmos densos y crujientes tan característicos de la formación americana, y “My Demise”, que nos sirvió para comprobar las habilidades técnicas de Dave Culross tras los tambores.

Con la gente totalmente entregada llegaba el momento de encarar la recta final del show y para ello que mejor que un par de pinceladas de su material más primitivo y salvaje, de manos de la aplastante “Liege Of Inveracity” y la demoniaca “Infecting The Crypts”, con la que se despedían como auténticos héroes, dejándonos con la miel en los labios y con ganas de mucho más.

 

DOWN

Hacía mucho tiempo que DOWN no visitaban nuestros escenarios, de modo que había muchas ganas de volver a ver a la formación capitaneada por el mítico Phil Anselmo y el rubio guitarrista Pepper Keenan. Tras la pequeña decepción que supuso la actuación de sus compatriotas Megadeth, los de Nueva Orleans tenían una inmejorable ocasión para reivindicarse como auténticos vencedores de esta novena edición del RESURRECTION FEST, pero lamentablemente no pudo ser. No quiero decir con esto que Down hicieron un mal concierto, sino que no llegaron a cumplir las expectativas que muchos habíamos depositado  en la banda.

Sin duda creo que el principal inconveniente de la descarga de los americanos radicó en la elección del repertorio, ya que la banda apostó por los temas más densos y correosos de su discografía, concediendo un excesivo protagonismo a las composiciones de su última entrega “Down IV-Part II”, algo que definitivamente no ayudó a que la banda acabará de conectar con sus seguidores. Ya desde el mismo inicio con una larguísima introducción que nos conduciría hacia la primeriza “Eyes Of The South”, se pudo apreciar  a una banda excesivamente estática e indolente, que dejaba que todo el protagonismo escénico recayera  sobre la figura de un  Anselmo que evidenció no estar en su mejor estado de forma. Y es que el registro del vocalista sonó excesivamente ronco y rasposo, muy alejado de la potencia y la agresividad a la que nos tenía acostumbrados, haciendo que temas como el novedoso “We Knew Him Well”, sonaran faltos de fuerza e intensidad.

Algo más rabioso y afilado se mostró Anselmo  durante la arrolladora “Witchtripper”, que fue uno de los pocos momentos en los que la banda llegó a conectar con su público. Lo que no cambio el vocalista fue su particular forma de dirigirse a la audiencia, con esos largos  discursos ácidos y llenos de ironía que no hicieron más que  ralentizar, aún más, un concierto que no acababa de despegar. Pese a ello, no faltaron a lo largo del show momentos emotivos, como el sentido recuerdo hacía la figura del tristemente desaparecido Dimebag Darrell durante la presentación de “Lifer”. Precisamente, fue durante este tema cuando se produjo un apagón del equipo de luces que provocó que la banda estuviera varios minutos tocando a oscuras ante el desconcierto generalizado de una audiencia que no sabía lo que estaba pasando.

Con el problema de la iluminación parcialmente  solucionado, ya que la banda prosiguió su descarga con todas las luces encendidas, llegaba el momento de adentrarse en la hipnótica ambientación de “Lysergik Funeral Procession”, que cual tributo a los BLACK SABBATH más densos y correosos nos conduciría hacia la crujiente  “Hail The Leaf” y a la más pesadumbrosa y tosca  ”Conjure”, que volvía a ralentizar notablemente el ritmo del show. Sin duda la mejor parte del concierto estuvo protagonizado por esa suculenta dupla final en la que se fundieron los aromas típicamente sureños de “Stone The Crow”, en la que por fin Pepper Keenan se decidió a asumir algo de protagonismo, y la machacona “Bury Me In Smoke”, que Anselmo detuvo en una primera intentona porque no le gustaba la actitud excesivamente contemplativa de las primeras filas. En resumen, una actuación simplemente correcta del quinteto americano que se quedó muy lejos de las expectativas que muchos nos habíamos marcado. Analizando con detenimiento la actuación del quinteto americano creo que la principal diferencia entre los actuales Down  y los que grabaron “Nola” , radica en que ahora la banda no parece una hermandad unida y cohesionada, sino simplemente la banda de acompañamiento de Phil Anselmo.

 

CONVERGE

La expectación por ver a CONVERGE en el Ritual Stage era enorme, pero no creo que esto sorprenda a nadie. Después de obras maestras recientes como “Axe To Fall” o su último “All We Love We Leave Behind”, la banda de Boston ha despegado hacia cotas todavía más altas experimentando una madurez compositiva que ha llegado cuando a ellos les ha dado la gana, y actualmente esto queda reflejado en un espectáculo de fuerza, técnica y actitud difícil de igualar, y eso la gente que asiste a un festival tan bien escogido como este lo sabe más que de sobra.

La banda americana dio la que para muchos fue la actuación del día en la carpa, un recital de locura y velocidad inclasificables con un público volcado y un Jacob Bannon desatado en cada tema, en cada ‘break’… El sonido fue espectacular, y debe de ser bien complicado hacer sonar BIEN a CONVERGE, pero vaya que si se consiguió.

Además a la gente lo mismo le daba un “Dark Horse” o un “All We Love We Leave Behind” que temas más antiguos como “Eagles Become Vultures” o un “Concubine”, por ejemplo, aunque desde luego su último trabajo copó la mayor parte de su tiempo, como es lógico.

Setlist CONVERGE:

  • Eagles Become Vultures
  • Aimless Arrow
  • Dark Horse
  • Empty on the Inside
  • Trespasses
  • All We Love We Leave Behind
  • Runaway
  • Grim Heart/Black Rose
  • Reap What You Sow
  • Cutter
  • Glacial Pace
  • Concubine
  • Fault and Fracture
  • Last Light  

 

WATAIN

El Chaos Stage fue el escenario perfecto para el rito de sangre que WATAIN nos tenían preparados. Pasadas la 01.30 de la mañana, las llamas comenzaban a refulgir y a ritmo de “De Profundis” empezaban unos ‘blastbeats’ algo difusos, lejanos, casi como si se escuchasen desde el mismísimo infierno, como el sonido que siempre les acompaña tan característico.

Buen concierto de la banda sueca, que provocó un desconcierto, valga la redundancia, bastante evidente en muchos pero que en general creo que supo agradar e inspirar en el público el mensaje de oscuridad que predican con sus temas.

Sonaron temas más recientes que clásicos, cortes como “Malfeitor”, que cayó en tercer lugar como una tromba de ‘black metal’, “The Wild Hunt” o “Reaping Death”, y aunque el suyo no fue el clásico concierto de ‘black’ a piñón, sino que incluyó muchos pasajes instrumentales (lo que son ellos, vaya), creo que en general el balance fue muy satisfactorio, con un despliegue escénico y de pirotecnia que fue único en las tres jornadas de festival.

 

SICK OF IT ALL

Incombustibles al paso del tiempo los neoyorquinos SICK OF IT ALL, llevan casi tres décadas asolándonos con sus letras crudas y comprometidas, cargadas de un alto contenido social y un marcado simbolismo político. Además, el cuarteto se ha convertido en una banda admirada y respetada tanto por los seguidores del punk como los del metal. De hecho ellos han compartido escenario con los principales referentes de ambos estilos, granjeándose una excelente reputación como banda de directo  y una amplia legión de seguidores que les apoyan en cada una de sus descargas. Y como no podía ser de otra forma, sus incondicionales no quisieron perderse la oportunidad de cantar nuevamente junto al carismático  Lou Koller los estribillos rabiosos y precisos de temas como “Death Or Jail”, “Uprising Nation” o ese puñetazo sonoro que es el punzante “World Full Of Hate”.

Como viene siendo habitual en todos los directos de la banda, el cuarteto se mostró muy activo sobre las tablas, corriendo de un lado a  otro del escenario como si fueran unos imberbes  jovenzuelos. Mención especial merece el despliegue físico que ofreció el guitarrista y fundador de la banda, Pete Koller, quien no dejó en ningún momento animar a la audiencia  mientras acompañaba con sus acrobáticos saltos temas como “Take The Night Off” o “Busted”. Tampoco faltó  durante su incendiario y acelerado show la faceta  más genuinamente punk  de la banda, que estuvo representada por temas como la adictiva “My Life” o la coreada y combativa “Us Vs. Them”.

En todo momento la respuesta del respetable fue realmente efusiva, respondiendo a todas y cada una de las propuestas de la banda, consiguiendo que temas como el altamente metalizado “The Divide” o el hiriente “Machete”, convirtieran la parte central del foso en un auténtico campo de batalla, sometiendo a las primeras filas a un pogo intenso y  constante. Aunque evidentemente también hubo momentos más distendidos y sosegados que invitaron al baile,  como la pegadiza “Friends Like You”, o la final “Step Down”, que servía para poner el punto y final a una de las actuaciones más vibrantes y atractivas de esta segunda jornada festivalera.

 

Crónicas de Jorge del Amo, Carlos Esteban y Alfonso Díaz de RafaBasa.com