Parece, a tenor de los comentarios y críticas que he leído estos días, que Gamma Ray han despertado de nuevo la ilusión de sus seguidores con Empire of the Undead. Un nuevo disco recién salido hace apenas unos días, pero del que ya habían ido soltando píldoras en forma de EP y adelantos en You Tube, permitiéndonos familiarizarnos poco a poco de cara a esta nueva gira.

Crónica de Manu «Osouso» Alonso de Metal4All

Si To The Metal pareció para muchos una repetición de trabajos anteriores (para mí en absoluto, lo veo superior a Majestic o Land of the Free II), Empire of the Undead ha sabido transmitir la sensación de cara renovada, tanto por sus guiños al heavy metal más potente de leyendas como Judas Priest, como por detalles como un estilo nuevo en la portada o por la sensación de renacer tras la quema del estudio de su propiedad y consecuentes dificultades en la producción y edición de Empire of the Undead (“Master of Confusion” habla de ellas).

Todo ello empaquetado en una nueva gira en la que Gamma Ray se han asociado con Rhapsody of Fire para traernos un paquete digno de los mejores años del Power Metal. Dos bandas siempre solventes en directo, que han prescindido para nuestro país de cualquier otro telonero para centrarse en una actuación con papeles repartidos, en la que los Rhapsody han gozado de un status especial, con el aliciente de presentar también nuevo álbum, Dark Wings of Steel.

Si en su anterior gira Gamma Ray tocaron en La Riviera a su paso por Madrid, la demanda de la banda no es ajena a los tiempos que corren, y en esta ocasión la hiperactiva sala Shoko, de tamaño menor, fue el lugar elegido. Eso sí, todo esto dicho entre comillas, porque el resultado fue un lleno absoluto o más que absoluto (lo ‘apretaicos’ que estábamos da a sospechar que se vendieron unas cuantas entradas de más).

Cola para entrar y complicaciones en el acceso hicieron que muchos nos encontrásemos a Rhapsody of Fire arrancando con su intro “Ves Divina”, y la lata de sardinas que era entonces la sala, aunque suene a escusa, me dejó muy difícil el acercarme. Por ello os pido disculpas si la fotografía no es la acostumbrada.

Con muy buen sonido, Rhapsody of Fire cuajaron una actuación completa, repleta de clásicos, de más de una hora sobre escena. Se presentaron ya sin segunda guitarra tras la salida de Tom Hess, dejando a Roberto de Micheli como único hacha en escena, cumpliendo con sobriedad y solvencia la complejidad técnica que supone suplir a Luca Turilli en sus múltiples escalas, melodías y solos. De la época ‘of Fire’ sonaron 3 temas, dos de los cuales “Rising from Tragic Flames” y “Dark Wings of Destiny”, pertenecen al último trabajo de los de Trieste, sonando fieles y con ritmo de directo. Lo demás fue un recorrido por los temas más legendarios de trabajos como Legendary Tales, Symphony of Enchanted Lands, Power of the Dragonflame o Dawn of Victory, con especial atención a este último.

Un sonido compensado y de calidad (la única excepción fue la pérdida momentánea de la guitarra de Roberto en “Unholy Warcry”, asunto que resolvieron con profesionalidad sin cortar la actuación) daba la oportunidad a un enorme Fabio Lione de arrastrar a su público a su antojo, en un ‘itañol’ que el rizoso vocalista mejora día a día preguntándonos, moviéndose como pez en el agua desde los registros más agudos a las cercanías del grado de tenor. Mientras, Oliver y Alex Holzwarth se empleaban en la sección rítmica para que todo sonase encajado como un reloj. Lo repetiré una y mil veces, pero para los que nos resulta algo cargante escuchar un disco completo de Rhapsody por lo recargado y ‘bombástico’ de las producciones, verlos en directo supone un agradable reencuentro, ya que prescinden de gran parte de samplers, ganando en concreción, pero a su vez manteniendo las melodías de teclado en las manos de Alex Staropoli. No se puede decir que todo lo que suena sea 100% en directo, pero seguro un 90% y con criterio (quedan ya muy pocos que se atrevan a lo contrario).

De esta guisa, todos disfrutamos de los versos en italiano de “Lamento Heroico” o de estribillos tan inmortales como los de “The March of the Swordmaster”, “Holy Thunderforce” o el ‘gloria, goooria perpeetuaaaaa’ del “Dawn of Victory”. Hubo aún tiempo para recordar a Christopher Lee, y para rematar el concentrado viaje por la Emeral Sword Saga con “Emeral Sword”, su tema más conocido.

El telón de Empire of the Undead cobraba presencia bajo una correcta iluminación, y Joan Joett nos empujaba a los brazos de los rayos. “Welcome” comenzaba a sonar en la oscuridad, transmitiéndome la sensación de que de un momento a otro iba a saltar Ralf Scheepers con Lust for Life como en el Heading in the East. Pero es Kai quien lleva la voz cantante hoy en día, y Gamma Ray comenzaron precisamente con Kai declamando los primeros versos del elaborado “Avalon”, la obertura de Empire of the Undead. Los de Hamburgo defendieron un setlist calcado al que vienen interpretando en esta primera etapa de su gira, con muchos temas del nuevo trabajo (6 de ellos: “Avalon”, “Hellbent”, “Pale Rider”, “Master of Confusion”, “Empire of the Undead” y “Time for Deliverance”), y en los que me sorprendió comprobar que Kai tiene muchos más solos que Henjo. De los nuevos temas me gustó especialmente la interpretación de “Pale Rider”, un tema que esperaba con ganas y que sonó muy ‘Painkiller’.

“Heaven Can Wait” ahora sí retomaba el repertorio de Heading in the East, mientras que Kai Hansen nos dirigía sus primeras palabras, simpatiquísimo toda la noche, pero amenazando con ‘matar a alguien’ si no bajaban el aire acondicionado de la sala. Kai, en ese momento los que pensábamos en matar éramos nosotros, que sin el aire pasamos a estar bien cociditos al vapor. “Tribute to the Past” y el tributo a la música favorita de la banda (y la nuestra) tampoco faltó a la cita.

La siguiente en caer fue el clásico entre clásicos de Helloween, el “I Want Out” (que no desató la locura que un servidor esperaba al guardarse la réflex en la funda por si acaso, que no es precisamente ‘material de empresa’). Lo manejaron bien los alemanes, alargándolo para calentar al público, e incluso con un bromista Dirk Schlächter (aparte de mazado como siempre, muy enchufado y con mucha movilidad), que incluso vaciló al jefe con un par de empujones en el verso de ‘we are pushed in little forms’, que hicieron que Kai tuviese que luchar por mantener su posición para seguir cantando.

Más temas nuevos y entre medias un solo de batería por el ‘nuevo-viejo batería’ Michael Ehré (Metallium), que, siendo un batería contundente y lucido, no desarrolla los rolls de timbales y los juegos de ritmos con los que el maestro Dan Zimmermann hacía distinguido su trabajo en la banda. Tras el solo, un gracioso Dirk nos anunciaba en un gracioso castellano que ‘la noche es para los vampiros’, y “Blood Religion” del Majestic hacía presencia. Siendo un tema sin gran complejidad, me agradó mucho el tratamiento que le dieron Kai y los suyos, aprovechando para dividir en los coros al público (de forma dinámica, sin hacer el numerito), y levantar de nuevo el tema desde abajo.

En estas nos colocamos en “Master of Confusion” y “Empire of the Undead” (clavadas a las de estudio en cada nota y en cada verso), y en la parte más clásica del show, en la que tocan, del tirón, tres de sus temas más famosos. Estoy hablando de “Rebellion in Dreamland” (que no llegó a sonar completo, quedando en sus primeros aprox. 5 minutos antes del cambio de ritmo central), “Land of the Free” y “Man on a Mission”, alargando este último en un pequeño interludio acústico (¿guiño a Simple Man de Lynyrd Skynyrd?), en una de las partes más libres y musicalmente divertidas del concierto. Los solos cruzados entre Kai Hansen y Henjo Richter volaban con precisión y brillo (parece increíble que no se confundan nunca), y desde abajo el público coreaba complacido, agradeciendo a la banda su esfuerzo y pulcritud.

Para los bises, los rayos gamma se dejaron “To the Metal” de su anterior trabajo (tema que por derecho opino se ha ganado un puesto en el repertorio) y el fin de fiesta con “Send Me a Sign”, en un concierto no demasiado extenso (no hubo forma de corear el Ride the Sky para que lo tocasen como en alguna otra ocasión en el pasado), pero que celebra la buena acogida que está teniendo Empire of the Undead, y que demuestra que Gamma Ray pueden defender con soltura cada nuevo trabajo, ofreciendo algo novedoso en cada gira y a su vez no desmejorando el resultado del concierto. Todos los músicos estuvieron a la altura, transmitiendo simpatía y disfrutando y haciendo disfrutar de lo que dicen más les gusta. Pero si tengo que elegir a alguno esta noche me quedo con la buena actuación vocal y actitud de Kai y con el entusiasmo de Dirk. Puede haber discusiones sobre quién se llevó el gato al agua, si Rhapsody of Fire o Gamma Ray (qué aburridos seríamos los fans sino), pero no de que se trató de un grandísimo concierto de Power Metal. Gran noche la de aquel día.

SETLIST GAMMA RAY

1. Welcome
2. Avalon
3. Heaven Can Wait
4. Hellbent
5. Tribute to the Past
6. I Want Out (Helloween)
 7. Pale Rider
8. Time for Deliverance
9. Solos Batería/Bajo
10. Blood Religion
11. Master of Confusion
12. Empire of the Undead
13. Rebellion in Dreamland
14. Land of the Free
15. Man on a Mission
16. To the Metal
17. Send Me a Sign

SETLIST RHAPSODY OF FIRE

1. Vis Divina
2. Rising From Tragic Flames
3. Land of Immortals
4. The March of the Swordmaster
5. Unholy Warcry
6. Dark Wings of Steel
7. Lamento Eroico
8. Holy Thunderforce
9. Dawn of Victory
10. Reign of Terror
11. Emerald Sword

GAMMA RAY SON

 

Kai Hansen – Voces y Guitarra
Henjo Richter – Guitarra
Dirk Schlächter – Bajo
Michael Ehré – Batería

RHAPSODY OF FIRE
SON

 

Fabio Lione – Voz
Alex Staropoli – Teclado
Roberto De Micheli – Guitarra
Oliver Holzwarth – Bajo
Alex Holzwarth – Batería

Crónica de Manu «Osouso» Alonso de Metal4All